La otra marcha del sábado
Más de 8.000 estudiantes andaluces participaron ayer en Madrid en la gran manifestación contra la LOU
En la Plaza de Oriente de Madrid abundaban a mediodía de ayer las caras de sueño. Alguno había conseguido dar una cabezada en el autobús, pero la mayoría se había pasado la noche en vela. Aunque ninguno parecía acusar demasiado el cansancio. Tenían la sensación de que estaban participando en algo importante; la mayor movilización de estudiantes de la democracia, dicen algunos. Por eso muchos se habían llevado consigo la cámara de fotos y posaban orgullosos detrás de una pancarta, junto a un monigote con la cara de la ministra de Educación o al frente de la marabunta, con el Palacio Real de fondo.
La mayoría de los estudiantes, profesores y simpatizantes de la causa llegados de toda Andalucía, que participaron en la marcha que recorrió ayer las calles de Madrid partió de este punto. Tenían que llegar hasta la Plaza de España, apenas 500 metros mas allá, pero tardaron casi dos horas. Junto a los andaluces iban los extremeños, murcianos, valencianos y gallegos y las voces que entonaban sevillanas dedicadas a Pilar del Castillo acabaron mezclándose con las gaitas. Casi todos los que se movilizaron ayer habían participado ya en alguna de las manifestaciones que han recorrido las calles de las ocho provincias andaluzas en las últimas semanas, pero lo de ayer era distinto porque, puestos a unir fuerzas, cuantos más mejor. Entre unos y otros, en la Plaza de Oriente se reunieron finalmente mas de 8.000 personas.
'El 90% estamos contra una ley, no contra un Gobierno', subrayaba Fran
'Vamos con ganas de llamar la atención de los que defienden la LOU', indicaba Patricia
De Andalucía llegaron alrededor de 150 autobuses. En unos se lo pasaron mejor y en otros el viaje se hizo interminable, pero todos salieron hacia el mismo destino y con 'muchas ganas de llamar la atención de los que defienden la LOU', según Patricia, estudiante de cuarto de Arquitectura en Sevilla. Los de su autobús quedaron a la 1.00 de la mañana del sábado junto al apeadero de Renfe de San Bernardo, aunque no arrancaron hasta las 2.30. Pararon sólo un par de veces durante el viaje y llegaron pronto a Madrid. En la capital se encontraron con temperaturas bajísimas, difíciles de asumir para el que vive en Sevilla, pero se tomaron un café para entonar el cuerpo y las voces y se plantaron ante el Palacio Real para unirse a la marcha. Durante las dos últimas semanas han estado preparando pancartas y maquetas para dar un toque personal y colorido a su grupo de Arquitectura, y parte de los 500 kilómetros que separan la capital andaluza de Madrid los dedicaron a ensayar los gritos y cánticos con los que acompañaron la manifestación. El grupo de Patricia formaba parte de una comitiva de alrededor de treinta autobuses coordinados y financiados por el CADUS, así que el viaje les salió gratis. Algunos, sin embargo, prefirieron organizarse por su cuenta y pagar 1.000 pesetas a cambio de una supuesta independencia. Incluso optaron por escindirse de la manifestación que partió de la Plaza de Oriente y se unieron a la que se movilizó desde la zona de Moncloa.
Para la mayoría de los manifestantes andaluces, no obstante, el viaje fue gratis, aunque ninguno lo consideraba un regalo. 'No es muy cómodo pasarte la noche metido en un autobús, manifestarte y volver a coger el camino de vuelta', aseguraba Alberto, que había llegado sobre las 10.00 en uno de los doce autobuses precedentes de Cádiz y Algeciras y financiados por Comisiones Obreras, la Universidad de Cádiz y el Ayuntamiento de Puerto Real.
Salvador, Fran y Montse, alumnos de la Universidad de Málaga, pagaron 500 pesetas a CC.OO UGT y el sindicato de estudiantes, pero, por lo menos, les pusieron dos películas para hacer mas llevaderas las siete horas que duro el viaje. Scream 2 y Cara a Cara, con John Travolta y Nicolas Cage. Aunque su viaje estuviera organizado por los sindicatos, todos se afanaban en dejar claro que no estaban politizados. 'El 90% estamos contra una ley, no contra un Gobierno', subrayaba Fran.
La impresión de que se mueven como rebaños movidos por pastores partidistas o de que no estan informados del contenido de la LOU les provocaba a casi todos los que se movilizaron ayer un rechazo vehemente. 'No somos tontos, somos universitarios', decía Pilar, estudiante de Psicología de Almería. 'Yo desde luego no me hago ocho horas de autobús y me planto en Madrid un sábado para estar un rato por gusto'. La mayoría se volvió a su ciudad de origen ayer mismo, apenas tres o cuatro horas después de que la manifestación llegara a la Plaza de España. Apenas el tiempo justo para tomar un bocadillo y dar una vuelta antes de volver a subir al autobús.
Muchos optaron por organizarse un pic-nic en la plaza y sacaron fiambreras con tortilla, queso, patatas fritas o filetes empanados. Escucharon los discursos de los sindicatos y asistieron a la actuación del cantante Ismael Serrano y del grupo La Cabra Mecánica. Algunos tuvieron incluso tiempo de echar un sueñecito, ése que les había faltado durante el viaje de ida y que, previsiblemente, también iba a ser difícil de coger durante el de vuelta. Otros sin embargo, aprovecharon su primera visita a Madrid para hacer un poco de turismo alrededor del Palacio Real. Sobre las 18.00, la mayoría estaba ya emprendiendo el viaje de vuelta. Un poco mas cansados, pero con la conciencia tranquila y la sensación de haber puesto su grano de arena. Algunos, sin embargo, prolongaron la jornada de movilización y se quedaron a pasar la noche en el campus de la Universidad Carlos III, en la localidad madrileña de Getafe.
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