Cuatro términos clave para seguir la polémica
La palabra clon es corta y nítida. Las expresiones 'clonación terapéutica' y 'clonación reproductiva' son farragosas y horrísonas. Por desgracia, la distinción entre ambas es crucial para entender la actual polémica. He aquí una nueva oportunidad.
- Clonación. Los biólogos solían llamar clon a un grupo de individuos (bacterias, ratones) idénticos genéticamente. Pero el uso actual, dentro y fuera de los laboratorios, tiende a usar clon (y el adjetivo clónico) para referirse a cada uno de esos individuos: 'Bush parece un clon de su padre'. Así, Dolly es un clon de la oveja que donó uno de sus núcleos (la parte de cada célula que contiene el genoma) para que los científicos lo introdujeran en un óvulo de otra oveja y crearan a Dolly. Dos gemelos idénticos, por cierto, son clones uno de otro.
- Clonación reproductiva. Es la que persigue que nazca un individuo clónico, como en el caso de Dolly. Se toma el núcleo de una célula de un adulto (una célula de la piel, por ejemplo) y se introduce en un óvulo al que previamente se ha extraído su propio núcleo. El embrión resultante crece en el laboratorio durante unos días, hasta el estado de blastocisto (unas 100 células), y luego se implanta en el útero de cualquier hembra.
- Clonación terapéutica. Empieza igual que la reproductiva, pero el blastocisto no llega a implantarse en un útero. En lugar de eso, se destruye y se extraen de él células madre.
- Células madre. Son células que pueden cultivarse indefinidamente en el laboratorio y, después, son capaces de diferenciarse en cualquier tipo de tejido adulto. Se obtienen de embriones con gran eficacia. También pueden extraerse de algunos órganos adultos, pero son mucho menos útiles.
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