_
_
_
_
Reportaje:

Un pueblo 'pesca' a un traficante de inmigrantes

Vecinos de Fuerteventura se echan al mar para capturar al patrón de una patera

Las Salinas es un pequeño pueblo de pescadores, con apenas 20 casas, a unos 17 kilómetros de Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura.Aquí, en el municipio de Antigua, termina la carretera que enlaza con Caleta de Fuste. Los habitantes de este lugar saben mucho de inmigración irregular.

A las siete de la tarde del domingo, Aurora Hernández, propietaria del restaurante Los Caracolitos, estaba con unos niños en el exterior, cuando observaron en el mar un bulto que se acercaba a la costa. Inmediatamente alertaron al Teléfono Único de Urgencias, 112, y a otros vecinos.

El grupo dirigió los faros de un coche hacia el lugar al que se aproximaba lo que ya se vislumbraba como una patera, cargada con un nuevo grupo de irregulares africanos.

Más información
Vecinos de Ceuta impiden a la Guardia Civil detener al patrón de una patera
La lucha secreta de los inmigrantes marroquíes contra las mafias
El Gobierno culpa a Marruecos de la incesante oleada de pateras
Muere un joven magrebí arrojado desde una patera en Fuerteventura
España propondrá a la UE un paquete de medidas para frenar la inmigración ilegal
Tema:: El germen de una nueva sociedad

Todos ellos fueron testigos, indignados e impotentes, de cómo el patrón 'les gritaba, los agarraba por la pechera y los lanzaba al mar por la borda'. Los inmigrantes, 16 en total, intentaban resistirse y gritaban, 'probablemente porque no sabían nadar'.

Cuando el patrón quiso huir ya fue demasiado tarde. Las olas del fuerte temporal que embestía la costa encallaron en las rocas la quilla de la barcaza, de unos seis metros de eslora, y le impidieron maniobrar.

Fue en ese momento cuando varios hombres se metieron en el agua y se abalanzaron sobre él. Para impedir su huida le amenazaron con lanzarle varias piedras. Así permanecieron hasta que llegaron los efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil.

El patrón, Aziz Tofiki, de 27 años y nacionalidad marroquí, iba bien equipado para la travesía: llevaba un chaleco salvavidas reflectante, de color rojo, e iba armado con un cuchillo de 'enormes dimensiones', que, según los vecinos, no utilizó en ningún momento.

Varios testigos afirman haber visto, mientras esperaban a los agentes, cómo el patrón seguía gritando a los inmigrantes: 'Les hacía el gesto de llevarse el dedo a los labios para que no hablaran'.

Muchos de los irregulares sufrían hipotermia. 'La poca ropa que tenían estaba totalmente mojada'.

No es la primera vez que a este tranquilo pueblo de Fuerteventura llegan inmigrantes irregulares. 'En otra ocasión sólo pudimos rescatar tres cuerpos flotando por culpa de esos patrones', comenta indignada una vecina.

Hace sólo dos fines de semana, unos pescadores observaron 'cómo un barco grande descargaba algo, aunque hasta el día siguiente no aparecieron ropas y zapatos entre las rocas'.

La Guardia Civil informó de que cada uno de los inmigrantes subsaharianos (de Sierra Leona, Somalia y Togo) había pagado por el viaje desde las costas de Marruecos 800 dólares (unas 150.000 pesetas).

Aziz Toufiki permanece detenido, acusado de un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. En el pueblo creen que sólo han hecho lo que debían. 'Ojalá algún día también seamos noticia por una cosa positiva', suspira Aurora Hernández.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_