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Los directores de instituto no han recibido aún el dinero para los gastos diarios de los centros

Tarancón se comprometió en enero a vigilar las transferencias y a revisar al alza el presupuesto

A los problemas habituales que enfrentan cada día los directores de instituto, se añade una vez más el retraso en las transferencia del presupuesto para hacer frente a los gastos diarios de funcionamiento (papelería y material fungible). Pese al compromiso adquirido en enero por el propio consejero de Educación, Manuel Tarancón, la Dirección de Centros y la de Régimen Económico no han resuelto una de las dificultades endémicas de los centros valencianos, según denunciaron ayer los directores de las tres provincias en la sesión de la permanente que se celebró en Valencia.

El pago al que hacen referencia los directores de la red pública de institutos de las provincias de Alicante, Valencia y Castellón es la famosa 'transferencia ordinaria cuatrimestral' que reciben los centros para hacer frente a las facturas de las compras de suministro de material fungible (tiza, papel, fotocopias, teléfono, etcétera). Un presupuesto que para un centro pequeño como el instituto Alcalá de Castellón supera en poco el millón de pesetas y para centros grandes de 1.300 o 1.400 alumnos, como es el caso de los institutos Joan Fuster de Sueca o el Cavanilles de Alicante, representa unos cino millones.

'Es un dinero que en ningún caso supone una cantidad exagerada, que explique los continuos retrasos por parte de la Administración valenciana', explican sus directores Vicent Baggetto, del Joan Fuster, y José Luis Moreno, del instituto Cavanilles. Ambos precisan, además, que 'ese dinero está perfectamente contemplado en los Presupuestos de la Generalitat como 'gastos ordinarios de funcionamiento', y, por tanto, no es de recibo el retraso, porque no es que se esté hablando de un presupuesto extraordinario ni nada por el estilo'.

En la práctica, lo que la Comisión Permanente de Directores de Instituto de las tres provincias analizó ayer, en la reunión celebrada en el instituto Lluís Vives de Valencia, es algo que se ya se ha convertido en un 'mal endémico' o 'un mecanismo habitual' por parte de la Administración valenciana. De hecho, el elevado retraso entre el segundo y el tercer cuatrimestre del curso pasado -que generó un caos administrativo cuando los directores vieron que no podían hacer frente a los requerimientos de las empresas suministradoras que amenazaron con dejar de facturar a los institutos por impago- forzó una reunión al más alto nivel el 28 de noviembre de 2000 con el consejero Manuel Tarancón al frente. En esa reunión el responsable autonómico del ramo se comprometió a poner fin a los reiterados retrasos administrativos y dió instrucciones específicas para evitar situaciones parecidas a la entonces directora general de Centros, Concha Gómez. Pero la agilidad administrativa duró poco, hasta finales de febrero, cuando se produjo el relevo en bloque en las tres direcciones generales de Economía, Centros y Personal.

La presentación oficial de los nuevos directores generales, en marzo pasado, fue también la primera y la última reunión de directores de institutos con el nuevo director general de Centros, Herminio García. 'Desde entonces no nos han vuelto a reunir, pese a que Tarancón prometió en enero pasado aumentar la partida para gastos ordinarios y hacer una recatalogación de centros (ahora diferenciados por institutos y secciones) para establecer criterios objetivos, actualizar el presupuesto y simplicar los indicadores utilizados hasta ahora para establecer el dinero de cada centro'. Los directores reclaman una actualización de los gastos de funcionamiento en la red de enseñanza pública de la Comunidad Valenciana, para dotarla de 'cualidad', así como de la dotación de las plantillas de Secundaria comprometidas en el acuerdo pasado, que se están incumpliendo.

Un hecho que también constataron los sindicatos STEPV y UGT, que denunciaron que faltan por crear mil puestos de trabajo en Secundaria, respecto a los 3.000 del acuerdo. Según denunció el año pasado por estas fechas el portavoz de Educación de las Cortes, Baltasar Vives, 'entre 1995 y 2000, el índice de precios al consumo acumulado en el quinquenio creció un 20,89%, mientras que los gastos de funcionamiento de los centros educativos públicos presupuestados por el Gobierno de Zaplana perdían 13,7 puntos de capacidad adquisitiva'. Vives estimó entonces que 'los institutos están recibiendo un millón menos para gastos que hace cinco años' y acusó al PP de 'estrangular la enseñanza pública'. En el mismo quinquenio el presupuesto en conciertos educativos ha crecido casi el 40%.

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