Las tesis de Wittenberg
El 21 de octubre de 1517, Martín Lutero clavaba en las puertas de la iglesia de Wittenberg sus 95 proposiciones a fin de que naciera la Reforma. Luego se serviría del enorme potencial que representaba la recién descubierta imprenta para extenderla y popularizarla. 484 años después y casi día por día, ETA clava sus 21 proposiciones en los portales de la era de la información, pero no consigue ni la millonésima parte de éxito; vamos, que la jugada no le sale tan capicúa como el aniversario. Resulta muy sintomático que excepto la prensa afín, ningún periódico las haya reproducido al pie de la letra. Pocos meses atrás bastaba que un encapuchado glamuroso -qué cuidado po-nían en la máscara bordada en petit point y en la txapela abori-gen- concediera una entrevista para que todos los medios se lan-zaran a por él como si fuera Dinio. Lo que significa que medios, enteros y público han comprendido que ETA está de capa -¿kapusay?- caída.
Que ande mal no significa que no lo haga (andar), como así lo ratifican las 21 tesis, pues en ellas se compromete a seguir matando todo lo que pueda, lo que le da un significado siniestro a esa voluntad de ir 'colocando nuevos mojones en el solar de los vascos' y una connotación cínica al propósito que la propia ETA atribuye a la comunidad internacional sobre que si fueran contra ellos sería como matar moscas con misiles, habida cuenta de que ellos sí que están matando moscas y mosquitos con crecientes kilos de Titadyne. El resto de las proposiciones sólo sirve para seguir justificando lo antedicho y están destinadas a consumo interno con mucha mano tendida de paz, mucho pueblo que ha de decidir, mucha creencia autista en sentirse depositarios de la razón para iluminar el camino y mucha retórica huera sobre una democracia que les llevaría, si de verdad creyeran en ella, a disolverse pasado mañana.
Hombre, asegurar ya están asegurando que no se ven en lo mismo durante veinte años más, lo que a lo mejor quiere decir que sencillamente no se ven con fuerzas; a menos que se trate de un guiño tendido a quien corresponda para que arme un nuevo Lizarra. Porque ahí está la madre del cordero. Agudos observadores han visto que ETA perdió con Lizarra la batalla política y la desbarató un poco más regresando a las armas con consecuencias graves en las urnas para quienes ya sabemos que no son su brazo político ni nada parecido -Otegi: ETA es ETA y Batasuna, Batasuna (o EH, HB, etc.)-. Pues bien, una vez perdida la batalla política sólo le quedaba la confrontación directa con el Estado, volver al pulso de la muerte y el miedo, a ver si el Estado iba cediendo. Sólo que ETA no se convence de que el Estado no va cediendo -¿necesitará convocarle un referéndum?- y sigue erre que erre, pero cada vez con mayores dificultades debido a los continuos desbaratamientos de comandos y cúpulas directivas.
Y entonces ocurre el ataque a las Torres Gemelas, la siembra de muerte y terror más grande que haya conocido la humanidad por procedimientos terroristas. ETA, que no debe ser tonta pues enseguida se ha apresurado a decir que lo suyo no tiene nada que ver con eso -Euskal Herria no es el Islam y aquí existe un conflicto político que autoriza la lucha armada, es decir, el recurso a los procedimientos terroristas- como así también se lo han asegurado varios descerebrados, tampoco será tonta como para no ver que, con haber causado mucha muerte, mucho dolor, mucha ruina económica, mucho miedo y mucha zozobra, los combativos integristas de Al Qaeda no han conseguido desmoronar al pueblo americano; dicho sea lo de pueblo en lenguaje asequible para nuestros nada fanáticos de aquí, antes al contrario, han conseguido soldarlo y volverlo con una fuerza inaudita contra los agresores. De modo que ETA ha interiorizado seguramente que sólo puede mantener un terrorismo ya ni siquiera de confrontación, sino simplemente recordatorio que diga, estamos aquí. Pero sabe que, por un lado, ése es su sino, ya que sólo se justifica por las armas, es decir por la muerte de ciudadanos inocentes. Aunque sobre todo sabe que por esa vía no puede llegar muy lejos, de ahí que vaya buscando oxígeno para los próximos 20 años. ¿Habrá quien se lo dé?
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