El rincón oscuro de una madre metida en aviones
Los atentados del pasado 11 de septiembre obligaron a Ute Lemper a suspender dos días su espectáculo en un teatro cercano a las torres gemelas de Nueva York. Confiesa haber pasado mucho miedo el día 11: 'Fue terrorífico, era el primer día de clase de mis hijos... Pero no podemos dejarnos dominar por el miedo, me gusta Nueva York y no quiero irme'. Cuando volvió a actuar nada siguió siendo igual: 'Fue como ir a actuar a una zona de guerra, algo profundamente impactante para mí, la impresión que me producía cantar allí me dejaba sin respiración, de hecho esos acontecimientos han dado una nueva visión a mi repertorio', señala la artista.
Un repertorio con el que ella recorre desde hace años el mundo como si se tratara de una misión que se ha autoimpuesto: 'Son canciones que quiero que vuelvan a la vida, que las gentes las conozcan'. En ese sentido es en el que ella rechaza abiertamente la definición que muchos la aplican: la heredera de Marlene Dietrich. 'Me paso el día metida en aviones para que esos temas puedan convertirse en el espejo que reflejan mi visión artística de muchas cosas, tanto musicales, como teatrales o vitales', y añade, 'en ellos está todo ese rincón oscuro que me interesa, donde emanan conflictos, soledad, guerras, gente deseperada que ha perdido las esperanza, y todo eso es muy duro sin olvidar que echo mucho de menos a mis niños... Desde luego es algo que no creo que se puede comparar con la vida de una diva glamourosa de Hollywood'. Ello no quita que Lemper a veces aterrice en Broadway y realice algo de gran repercusión: 'Pero lo importante y donde vuelco toda la energía es en lo otro y no sé cuánto tiempo podré soportarlo'.
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