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El sentido poético de Pino Pascali se traslada al Retiro madrileño

Las piezas del artista italiano reinventan el mito mediterráneo

El artista italiano Pino Pascali (Bari, 1935-Roma, 1968) convierte nueve recipientes de chapa de hierro llenos de agua en un río con tres bocas. Esta pieza de 1967 es la primera que se encuentra el visitante de la exposición Pino Pascali. La reinvención del mito mediterráneo, abierta hasta el 7 de enero en el palacio de Velázquez, del Retiro madrileño. El espacio contiene 80 obras de un artista que derrochó teatralidad y sentido poético.

La exposición de Pino Pascali forma parte del programa de cooperación cultural entre los gobiernos de Italia y España. La Galería Nacional de Arte Moderno de Roma recibió el año pasado una amplia muestra de arte español del siglo XX, con los fondos del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, que ahora programa una antológica de Pino Pascali, cuya producción fue donada al museo romano tras la trágica muerte del artista, de un accidente de moto, a los 33 años.

La arquitectura de hierro y cristal del palacio de Velázquez recoge la breve trayectoria de Pascali que en los años sesenta recorrió los principales movimientos artísticos, desde el pop al minimal, desde el povera al conceptual. El espacio de la exposición, elogiado por las comisarias, Sandra Pino y Livia Velani, sobreintendente y conservadora de la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma -con la coordinación de Osbel Suárez-, vuelve a poner de actualidad la obra de Pascali. 'Ahora se comprenden mejor sus esculturas, que provocaron grandes escándalos en los años sesenta', declaró Sandra Pino en la presentación.

Para el director del Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, el artista crea unos 'iconos potentes que se conservan muy frescos'. 'En su reflexión sobre el objeto y la naturaleza, sus grandes piezas mantienen todavía el impacto por su teatralidad y poesía'.

La dimensión mítica de lo mediterráneo aparece en la primera parte de la muestra, con una treintena de fotografías del propio artista, que se exponen por primera vez, muy relacionadas con las formas de sus piezas. Junto a los documentos que recogen sus acciones, happenings y montajes de sus obras, se cuelgan los fotomontajes y collages de su serie África (1964) -donde no estuvo nunca el autor-, además de sus bocetos, estudios y escenografías de sus trabajos para el cine y la televisión.

Suelos y paredes dispersan la selección de piezas de Pino Pascali, desde los personajes vinculados con el pop, de frutas y botellas, hechas con esparadrapos y plásticos, a los que añade en alguna ocasión pequeños artilugios de movimiento. El artista compone con diversos materiales sus piezas más espectaculares, como La viuda azul, una araña de pelo sintético sobre estructura de madera -que en otros montajes se cuelga del techo o sube las paredes-, el dinosaurio de tela tensada, el marco de heno, los gusanos de seda de material acrílico y gomaespuma, los utensilios agrícolas de madera y paja, el reloj de sol de lana de acero, las trampillas de fibrocemento o una batería antiaérea hecha con piezas de coches pintadas. La visión del artista se completa con su faceta de actor -intérprete de polichinela- a través de sus películas cortas.

Una vista de la exposición de Pino Pascali, con la escultura <i>La viuda azul </i>(1968) en primer término.
Una vista de la exposición de Pino Pascali, con la escultura La viuda azul (1968) en primer término.BERNARDO PÉREZ
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