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Rosa Regás cree que la vanidad es el peor enemigo de un escritor

La autora empieza a disfrutar del Planeta

Rosa Regás durmió sólo tres horas y media en la noche del jueves, en la que consiguió el Planeta de los 100 millones de pesetas, pero apareció ayer ante la prensa completamente fresca. Y feliz, por supuesto. 'Espero conseguir con el premio más lectores y más tiempo para escribir', manifestó. 'Siempre he vivido bastante acelerada y he hecho muchas cosas en mi vida. No recuerdo haber dicho que no a casi nada. Por suerte, tengo mucha energía; es un don con el que nací y que espero que me dure toda la vida'. Enfrentada a los fastos del Planeta, la escritora precisa: 'La vanidad es el peor enemigo de un escritor'.

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Sobre La canción de Dorotea, la novela con la que ganó en la final del Planeta por cinco votos a dos y de la que se tirarán 210.000 ejemplares, Regás explicó: 'Mi padre solía decir que todo el mundo tiene derecho a cantar su propia canción. Por ahí va la novela. Toda persona ha venido a este mundo para cantar una canción; es decir, para descubrir qué tiene que hacer con su vida. En mi novela, hay una profesora universitaria que vive en Madrid y que contrata a una mujer para que cuide de su padre anciano en una casa de campo de la provincia de Girona. Cada vez que va a esta casa descubre una faceta distinta de la mujer, lo que la lleva a una mezcla de fascinación y repulsión. Esa ambivalencia de una mujer que quiere ser otra persona es la que he querido contar en mi libro'.

Tras explicar con un punto de intriga que 'el verdadero enigma de La canción de Dorotea se centra en un hombre alto con un sombrero', subraya Regás que así como para escribir su anterior novela, Luna lunera, se basó en el mundo de su infancia, en ésta ha partido de experiencias no tan directas. 'De todos modos', añade, 'todo lo que escribimos está dentro de nosotros, en la forma que sea'.

Regás (Barcelona, 1933), que empezó a escribir pasados los 50 años y que fue antes editora y traductora, confesó estar encantada con las distintas vidas que le ha tocado vivir. 'A partir de ahora, gracias a los 100 millones del Planeta, voy a intentar rebajar el ritmo acelerado en el que siempre he vivido', comentó. 'Los que somos muy activos siempre soñamos en tumbarnos un día y mirar tranquilamente las estrellas, aunque quizá luego no sepamos hacerlo. Yo siempre he vivido muchas vidas al mismo tiempo y ahora tendré que reeducarme. Veremos si lo consigo'.

¿Cuál es la fórmula para ganar el Planeta? Rosa Regás lo tiene claro: 'Lo que hay que hacer es escribir. Luego, se gana o no se gana, pero lo importante es escribir. A medida que va escribiendo, un autor se acerca más a lo que quiere decir. Hay que pedir a los dioses, sin embargo, que no lleguemos nunca a la meta, que sea como el camino a Ítaca, porque el día en que crees que ya has llegado habrá cesado la búsqueda y es entonces cuando uno empieza a repetirse. La vanidad es el peor enemigo de un escritor'.

Suerte

'He tenido mucha suerte en la vida', admite Regás, que con seis años de diferencia se ha llevado los premios Nadal y Planeta. 'Siempre quise tener una buena familia y ser escritora. Si yo fuera mi propio tribunal, a mi familia le pondría un 10, ya que son todos maravillosos. Como escritora, creo que soy muy joven todavía y que me queda mucho por recorrer. Lo único que quiero es seguir mejorando'.

Regás, que se presentó al premio bajo el seudónimo Brandon B., reveló ayer que se inspiró para él en uno de los dos burros que tiene en su casa del Empordà. 'El nombre del burro lo eligieron mis nietos por votación y me ha dado suerte'.

Consciente de que a partir del 6 de noviembre, fecha de publicación de la novela, se someterá a un ajetreo de promoción considerable, Regás apunta: 'Tengo en marcha un proyecto nuevo, que es un diario. Por suerte, es más fácil que una novela, aunque me temo que ahora se detendrá un poco'.

Preguntada sobre si escribe mejor en catalán o en castellano, la autora respondió: 'Yo no sé escribir en catalán. Amo a mi lengua, pero escribo mejor y tengo más vocabulario en castellano'.

Marcela Serrano, a la izquierda, y Rosa Regás, ayer en Barcelona.
Marcela Serrano, a la izquierda, y Rosa Regás, ayer en Barcelona.MANOLO S. URBANO

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