Prohibido alardear a bordo
Durante cinco días, 70 aviones han salido del 'Enterprise' para bombardear Afganistán
Con los ataques aéreos de Estados Unidos sobre Afganistán entrando ya en la quinta noche, buena parte de la tensión inicial en el buque parece que ha desaparecido. El mismo comandante de la fuerza aérea se permitió la noche del jueves algo que hasta ahora era tabú entre los dirigentes militares: identificarse como David J. Mercer, su verdadera identidad.
Además, dijo que el único enemigo que de momento se había encontrado en Afganistán estaba 'en tierra y la mayoría de veces hecho pedazos'.
Como comandante de la fuerza aérea, al frente de los 70 aviones de guerra del buque, él es el responsable de decidir cuándo debe respetarse la estricta exigencia de mantener oculta la identidad de los miembros de la tripulación por razones de seguridad. Experimentado piloto que ha desarrollado misiones en Irak y Afganistán, dice que ahora no le importa que su nombre se publique.
La noche del jueves, menos de dos horas antes de que los aviones volvieran a partir del Enterprise, habló brevemente ante las cámaras de televisión para contar sus experiencias. 'Siempre hay una subida de adrenalina, estés donde estés', dijo Mercer, de 45 años. Y añadió: 'Esta vez nunca me he sentido amenazado'.
Nadie esperaba que las fuerzas talibanas ofrecieran demasiada resistencia a los ataques aéreos de Estados Unidos. Las preocupaciones más importantes proceden de tierra, donde el montañoso y agreste terreno puede equilibrar dos fuerzas militares tan desiguales.
No obstante, los pilotos que lanzaron los primeros ataques fueron especialmente cautelosos para evitar sorpresas. Incluso ahora han sido exhortados a no confiarse, ni a regocijarse ni alardear de su superioridad y siguen exigiendo que se respete su anonimato en los contactos con los medios de comunicación.
Pero Mercer, que anteriormente solía evitar el contacto con la prensa por estar demasiado ocupado o cansado, accedió inesperadamente a ponerse delante de cámaras, micrófonos y grabadoras. Al igual que el resto de comandantes del buque, Mercer fue reticente a describir misiones particulares e incluso evitó concretar alguno de los objetivos concretos alcanzados o el número de misiles lanzados.
Cada noche de esta semana han salido del Enterprise unos 70 aviones. Inicialmente, las avionetas de guerra eran cargadas con munición que los mismos pilotos guían hacia sus objetivos. En los vuelos del sábado, en cambio, se utilizó una carga que puede dirigirse por satélite. Sin embargo, los oficiales aseguran que el cambio se debe exclusivamente a las difíciles condiciones meteorológicas e insisten que los pilotos que parten del Enterprise toman siempre extraordinarias precauciones para evitar bombardear sobre objetivos inapropiados.
'Si existe algún tipo de duda, entonces no se bombardea', dijo Mercer el jueves por la noche. Mercer añadió que cuando los pilotos no pueden comprobar directamente con sus propios ojos los objetivos establecidos existen unos sensores que los identifican.
Mercer no sabía el jueves aún cuántos vuelos debería realizar sobre Afganistán. Pero cuando se le pregunta si cree que EE UU puede ganar la guerra contra el terrorismo sólo desde el aire, mueve la cabeza: 'Sería ingenuo pensarlo'.
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