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Entrevista:YOKO ONO | MÚSICA Y ARTISTA

'Es una equivocación hacer la guerra para conseguir la paz'

Después de la muerte de su marido en 1980, asesinado por uno de sus fans, también ella se sintió perseguida y aún hoy se prodiga poco en público. Pero ahora, con un nuevo álbum después de cinco años de silencio discográfico, Yoko Ono (Tokio, 1933) ha cobrado una nueva actitud, casi una nueva personalidad. En Blueprint for a sunrise, que se publica el 5 de noviembre, aparece retratada como la nueva versión de la última emperatriz china. El universo femenino es algo que ha estado muy presente en su obra y también es el tema central del disco.'Está planteado como una historia de principio a fin. Es el diario de una mujer', dice. 'A veces todo sucede en su cabeza, en su interior. Es como una actriz en un escenario'.

No son sólo canciones lo que incluye Yoko Ono en este nuevo álbum. Hay situaciones dramáticas, vitales. 'Yo quería ser muy real', explica. 'Y también honesta, hablar de verdades'.

El inicio puede ser un poco sorprendente: dos mujeres hablan, discuten, pierden los papeles. 'Cuando recorres la historia de mi trabajo te das cuenta de que siempre he elegido ir por lo menos obvio, lo más innovador. Era importante hacer que el conjunto de la historia llegara de una manera efectiva, más que elegir la canción más pegadiza para empezar, el single de tres minutos que pueda entrar en las listas de ventas. No me dejo llevar por criterios comerciales. Para mí este disco debía ser como una pieza de teatro, con una historia a desarrollar', afirma.

Pero también hay un tema, aparentemente ligero y alegre, I'm not getting enough (No estoy recibiendo lo suficiente), de los que te hacen tararear. Ono ríe. 'Es una canción que pretende tener un poco de humor aunque habla de cierta actitud de reclamo. La letra dice: 'No estoy recibiendo lo suficiente / de la vida'. Es el sentimiento vital de una mujer, que tiene también una evidente connotación sexual', añade.

'Jondo' japonés

En Blueprint for a sunrise hay algunas piezas en las que canta en japonés, o en las que utiliza una modulación de la voz y una gestualidad cercanas a los sonidos guturales y expresivos que recuerdan al teatro tradicional nipón. 'Es un elemento importante en este álbum', afirma. 'Pienso que no debemos dejar de lado nuestras raíces y dejarnos llevar por lo actual, o por los brillos de un estilo hollywoodense o de las superestrellas del pop. En España tienen también el flamenco que, como forma de cantar, de lanzar la voz y los quejidos, tiene mucho que ver con lo que yo hago. Ambos estilos tienen orígenes asiáticos. Creo que es bueno que los dos extremos se mezclen en la música porque, en definitiva, todo, todas las culturas son producto de sus mezclas', dice.

'Cuando formamos la Plastic Ono Band en los años sesenta unos amigos españoles nos dijeron que les recordaba a la música flamenca. Yo me interesé por ella y me gusta mucho. Disfruto descubriendo voces árabes, flamencas, africanas. Me parece que se dejan ir de una forma totalmente natural, dejan salir fuera cosas muy profundas, a partir de las sensibilidad de distintos continentes', añade.

Yoko Ono tiene una amplísima trayectoria como artista experimental. Es una de las pioneras de las performance, en los años sesenta. Y este disco sigue muy pegado a esos planteamientos. 'Yo siempre he sido experimental, cada uno de los veinte álbumes que he grabado es un paso más hacia un mundo nuevo. Lo digo en términos del método musical, de la estructura de la composición que utilizo para expresarme', explica.

Las performance y las expresiones multimedia son actualmente muy fértiles en el campo de las artes. Para una veterana como Yoko Ono es algo muy reconfortante. 'Para mí es un honor que algunos de ellos digan que mi trabajo ha sido una inspiración', dice sin falsas modestias.

'Las artes están rompiendo cada vez más las fronteras de las culturas y los países. Como si todos perteneciéramos a la misma nación', afirma Ono. Aunque le recordamos que en este momento de enfrentamiento esa idea no parece lo más evidente. 'Es muy triste porque si pensamos en una gran nación universal esta situación es como cortarnos nuestros brazos, dedos o piernas. Algún día nos daremos cuenta de lo estúpido que es'.

La paz ha sido una de sus principales preocupaciones. Neoyorquina de adopción, no ha tardado en reaccionar a los ataques a EE UU. 'Creo que es una equivocación guerrear por la paz', opina. 'Es peligroso hacerlo. Hay gente que va muy decidida a la guerra y no puedes ponerte delante para detenerlos. No podemos hacer nada contra eso. Pero hay que mantener la idea de la paz. Yo puse una valla en Times Square (punto céntrico de Nueva York) con la frase: 'Imagina que todo el mundo vive su vida en paz' (de la canción Imagine, de John Lennon) y otra en la Séptima Avenida que decía: 'Dale una oportunidad a la paz' (el gran himno pacifista de Lennon y McCartney)'.

Creación a la distancia

En estos días se exponen también en el Palacio de la Virreina, en Barcelona, varias instalaciones nuevas de Yoko Ono bajo el título de Impresiones. Son obras hechas a partir de instrucciones escritas de la artista que los responsables del museo interpretan a su manera. Una práctica que Ono viene haciendo desde 1955. 'La obra de arte es siempre una interpretación, pero yo pido con mis obras que el público vaya más allá de esa interpretación y que participen en ella, que dejen fluir su expresividad. Es como un diálogo'.

Una de las obras, Creatures, ha sido adaptada por el Grupo 4, formado por artistas catalanes menores de 30 años. 'Todavía no la he visto pero creo que está funcionando muy bien. La gente ha hecho cosas muy poderosas. Pronto iré a Barcelona a verlas'.

Música y arte son para ella parte del mismo impulso creativo. 'Lo que yo hago es como una música inconclusa, como la Sinfonía inacabada de Schubert. Todas las sinfonías están inacabadas en mi mente hasta que son interpretadas por una orquesta. Yo he querido ir un poco más lejos y creo mis piezas para que no se terminen'.

Yoko Ono, dentro de una instalación creada por ella y expuesta en una retrospectiva en Brasil.
Yoko Ono, dentro de una instalación creada por ella y expuesta en una retrospectiva en Brasil.RUY

Emperatriz de un país conceptual

Desde que Yoko Ono irrumpió en la vida del beatle John Lennon, se empezó a formar a su alrededor una especie de leyenda negra. Se le acusó de ser la causa de la separación del mítico grupo de Liverpool, de llevar al que muchos consideraban el más creativo de los cuatro músicos por senderos musicales demasiado elitistas o experimentales y hasta de secuestrarlo mentalmente.

Ella es muy consciente de su mala fama. 'Por supuesto, es algo conocido en todo el mundo', dice riendo. 'Durante años ha salido en la prensa lo mala que soy'.

Pero Yoko Ono parece haberse cansado de ese papel y ahora ha encontrado en la historia un personaje con el que se identifica, un personaje que la redime. Se trata nada menos que de Tseu Hi (1835-1908), la emperatriz china, considerada una verdadera arpía, manipuladora y adicta al poder, según los libros de historia. También se le achaca el envenenamiento del emperador Kuang Hsu, que le arrebató el poder, un día antes de su propia muerte.

'La última emperatriz china fue la primera Dragon Lady y yo soy la segunda', dice ahora Ono sin inhibición, para después explicar: 'La primera recibió ese nombre de la prensa británica porque ella luchó contra su colonización y ellos la convirtieron en un monstruo. Yo estudié en la escuela que ella era un ser terrible. Pero luego, al conocer su vida en profundidad, me di cuenta de que en realidad era una mujer muy noble y fue víctima de la propaganda de la prensa inglesa, como yo. Lo mismo pasó conmigo. Ella protegía a su país y yo protejo una idea, una especie de país conceptual', afirma.

'La emperatriz china murió desgraciada y destrozada. Todos los días me digo a mi misma que voy a sobrevivir, y pienso hacerlo. El arte es una forma de supervivencia. Con este disco presento al mundo mi metrónomo, mi menú, mi proyecto para alcanzar el amanecer', explica en la presentación del disco.

Con los años Yoko Ono aparece cada vez menos en público. Han quedado atrás las performances o las actuaciones en directo. 'Es por razones prácticas, la mía es una situación complicada. Procuro protegerme. Hago espectáculos para públicos muy reducidos o algo muy especial, como un reciente concierto dedicado a John (Lennon). Pero además es que el tipo de música y arte que hago tiene un carácter muy privado y personal. Es algo que requiere proximidad'.

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