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La legión extranjera de los talibán

Las fuerzas de combate de los talibán, integradas por unos 45.000 hombres, cuentan entre sus filas con unos 12.000 voluntarios extranjeros procedentes de Pakistán, los países árabes, Chechenia y Uzbekistán y de lugares tan alejados como Filipinas o Indonesia. Son la auténtica legión extranjera del régimen de Kabul.

Herederos de aquellos jóvenes radicales que se unieron a los muyahidín en la yihad afgana contra la Unión Soviética a finales de los años ochenta, estos voluntarios constituyen hoy día una fuerza mucho mejor organizada, mejor equipada y más integrada en la máquina militar de sus anfitriones que entonces. En las escaramuzas libradas en los últimos años por los talibán contra las guerrillas de la Alianza del Norte, las unidades extranjeras han participado en numerosas operaciones ofensivas y se han convertido en un elemento indispensable en el orden de batalla talibán. Esta cualidad, asegura la revista británica Jane's, les ha reportado una creciente autonomía organizativa y política en el interior de Afganistán.

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El mayor contingente de extranjeros lo forman los paquistaníes, entre 5.000 y 7.000 hombres. Muchos de ellos provienen de provincias pashtún, como es el caso de Beluchistán, y comparten con los talibán lengua y cultura. Parte de ellos siguen procediendo de las madrazas (escuelas coránicas), particularmente de las mantenidas por el partido religioso paquistaní Jamiat Ulema Islam (JUI). Otros son voluntarios de grupos extremistas como Harakat ul-Muyahidín y el violentamente religioso Sipah-e-Shabah Pakistán (SSP). En muchos casos sus militantes reciben instrucción militar durante unas semanas antes de marchar al frente.

3.000 combatientes árabes

El segundo grupo lo constituyen los árabes, cuyo número ha ido aumentando en los últimos años a medida que crecía la influencia política y el carisma de Osama Bin Laden. Se calcula que suman unos 3.000 combatientes y sus campos de entrenamiento se reparten del sur al noreste de Afganistán, alrededor de las plazas fuertes de Kandahar, Kabul y Jalalabad. Con mayor formación militar y mejor armados se considera a las unidades árabes, las más agresivas y más comprometidas ideológicamente del ejército talibán.

Otras fuerzas extranjeras las componen los rebeldes chechenos y los militantes del Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIU), que utilizan el territorio afgano como santuario en su enfrentamiento con el Gobierno de Tashkent. La presencia chechena se hizo bien visible en junio del año 2000 con el establecimiento de una embajada en Kabul y la apertura de consulados tiempo después en Kandahar y Mazar-i-Sharif. La fuerza del MIU se estima entre 1.500 y 2.000 guerrilleros, y entre ellos se cuentan militantes de otras ex Repúblicas soviéticas de Asia Central e incluso uigures, musulmanes de la provincia china de Xinjiang.

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