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SEGURIDAD CIUDADANA

La policía se ve desbordada por el aumento de la criminalidad

La inseguridad ciudadana avanza como uno de los problemas que más preocupan a los españoles

La policía reconoce que está menos preparada que nunca para proteger a los ciudadanos. Hay una nueva realidad en España, en materia de seguridad, a la que no se sabe cómo hacerle frente. El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el cuerpo, asume que cada vez las bandas de delincuentes están mejor organizadas, España cuenta cada vez con más habitantes y, sin embargo, cada vez son menos los policías destinados a protegerlos. Además, el terrorismo internacional, con sus nuevas armas, ha sorprendido a la policía en una situación de falta de medios, de formación y de personal especializado, según los expertos consultados.

Si a esa situación se añade que los agentes van envejeciendo y la plantilla no se renueva, tendremos los mimbres necesarios para que la inseguridad ciudadana se haya situado entre las primeras inquietudes de los españoles. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de junio recordaba que la inseguridad había pasado de ocupar del décimo al quinto lugar entre las preocupaciones de los españoles, por detrás del paro y el terrorismo, la droga y el alcohol, y la inmigración.

Los cuerpos de seguridad no han crecido en efectivos ni en medios al ritmo exigido por el aumento de la población y de los delitos
Encuestas del PSOE en varias ciudades sitúan la inseguridad como el problema que más preocupa
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De enero a junio de 2001, en comparación con el mismo periodo en el año 2000, los hurtos sin violencia ni intimidación han crecido el 23,9%; los robos con violencia contra las personas, 13,5%; las sustracciones de vehículo, 9,6%; y las sustracciones en vehículo, 12,9%, según el SUP. 'No sé qué tendremos que hacer para que la Administración se haga cargo de este problema en España', señala el portavoz del sindicato mayoritario de la Policía, José Manuel Sánchez Fornet.

El fenómeno no es exclusivamente español. En Francia, donde el aumento de delitos respecto al primer semestre del año pasado ha experimentado un incremento del 9,58%, la delincuencia se ha convertirdo en el primer motivo de debate de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2002. 'La seguridad no es de derechas ni de izquierdas, es un valor republicano', ha proclamado un dirigente socialista francés.

También en España el problema rebasa las fronteras ideológicas.En unos ayuntamientos gobierna el PSOE y es el PP el que se queja de inseguridad ciudadana. En muchos otros se da el caso inverso.

En Barcelona, por ejemplo, gobierna el PSOE y el PP denuncia: 'Según el barómetro municipal, hemos pasado de un 4,3% de ciudadanos que la situamos como principal problema de la ciudad a un 15,4% en dos años, pasando de ser el séptimo problema más grave al segundo. Un 16% de los ciudadanos han sufrido algún tipo de robo o agresión durante el año 2000. El alcalde [el socialista Joan Clos] lo único que dice es que Barcelona ya cuenta con 1,5 guardias por cada 1.000 habitantes, pero no dice que Barcelona ha perdido un 30% de sus efectivos; no nos dice tampoco que una buena parte están dedicados a trabajos administrativos; ni dice que la edad media de nuestra policía es avanzada, incompatible con el trabajo en la calle'.

En Madrid, sin embargo, es el PP quien gobierna y el PSOE quien protesta, de la mano de su portavoz, Rafael Simancas: 'En las encuestas internas que ha hecho mi grupo a lo largo del año nos sorprendió que la primera preocupación de los ciudadanos, por encima del tráfico, el desempleo o la vivienda es la inseguridad en las calles. Hasta tal punto es así que está cambiando ciertas tradiciones o costumbres de la gente. Es muy difícil ver ya a gente normal por la noche en los parques, cuando de toda la vida habían sido zonas de esparcimiento'.

La clave del problema, según el concejal socialista de Madrid, es que desde los últimos siete años hay cuatro mil puestos menos, entre policías y guardias civiles, en Madrid. 'Es cierto que los policías municipales han aumentado en toda España. Pero ellos no pueden luchar contra las mafias internacionales'.

Teo Santos, dirigente del sindicato mayoritario en la Ertzaintza, recordaba recientemente que las bandas de kosovares que se dedican a desvalijar cajas fuertes en los polígonos industriales por toda España han salido indemnes una y otra vez en el País Vasco.

En el Ayuntamiento de Valencia gobierna el PP y es el PSOE quien se lamenta también de la inseguridad, de la mano de su concejal Vicenta Lloris: 'En año y medio ha habido más de 800 vehículos quemados en Valencia. Eso sale a más de dos diarios, y al propietario le sale a millón y medio como media. El Partido Popular sigue sin dar soluciones a la inseguridad. Sólo en agosto hemos tenido en Valencia cinco tiroteos, en uno de los cuales murió una persona'.

El pasado 2 de octubre era el propio jefe superior de la Policía de la Comunidad Valenciana, Segundo Martínez, quien reconoció que los sindicatos tienen razón al recordar que hacen falta más agentes. Recordó que en 1990 la esa comunidad disponía de 3.303 agentes y diez años después sólo eran 55 hombres más. El jefe superior recordó que en los últimos meses, debido entre otros factores a la inmigración, el aumento demográfico había sido espectacular. Segundo Martínez recordó que la Administración había cuantificado a 160.000 inmigrantes residentes en la comunidad. 'Es como si hubiera aparecido una ciudad más del tamaño de Castellón o Elche'.

Mientras la población española ha pasado en los últimos diez años de 38.872.000 a 40 millones, la Guardia Civil ha aumentado en los últimos diez años en sólo 6.000 agentes; ha pasado de 66.000 guardias en 1990 a 72.000 ahora. Pero la situación de la Policía Nacional es aún peor, según el Sindicato Unificado de Policía: en 1986, los policías nacionales eran 56.178 y en 1999 habían descendido a 49.074. 'Con el agravante', señala Juan Carlos Rodríguez, del Sindicato Unificado de Policía, 'de que la población va creciendo más en los medios urbanos'.

Para el próximo día, 25 el SUP ha convocado en Sevilla una manifestación de policías cuyo lema central aboga por la mejora de la seguridad ciudadana. 'Hemos dado cifras del aumento de delitos en Andalucía, y el delegado del Gobierno nos ha respondido que hay que invertir en seguridad privada', señala el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet.

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, reconoce abiertamente que su ciudad necesita más policías nacionales. 'Comparado con Madrid, Valencia o Málaga, Sevilla es una ciudad tranquila. Pero es verdad que últimamente se han producido hechos a los que los sevillanos no estamos acostumbrados: robos de peleterías, agresiones con armas... En Sevilla estamos incrementando la plantilla de la Policía Local, nos estamos gastando mucho dinero, es una de las prioridades'.

Pero eso, según el alcalde sevillano, no basta. 'En Sevilla, la Policía Nacional viene desde hace una década disminuyendo, por razones de edad y también porque hay más problemas en la Costa del Sol y en otras ciudades. Para que se haga una idea de cómo estamos le diré que tenemos 20 patrullas por la noche de Policía Local, y ellos tienen entre dos y cuatro. Eso sí, los que están lo están haciendo muy bien. El problema es que son muy pocos. Se lo planteé al presidente del Gobierno hace pocas semanas; él me dijo que era una percepción general en España y que para primeros de año se iban a incorporar nuevos efectivos en Sevilla. Le he mandado también una carta al ministro del Interior pidiéndole una reunión para explicarle lo que la ciudadanía quiere, que es recuperar los efectivos'.

El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, declaró en su comparecencia en el Congreso esta semana que el 45% de los detenidos en Madrid es extranjero. 'Y eso no quiere decir nada, simplemente que son extranjeros', subrayó el ministro.

El diputado socialista Joaquín Leguina, en su respuesta a Rajoy, coincide plenamente con el SUP al señalar que con afirmaciones como las de Rajoy 'nace y se desarrolla la xenofobia'. 'Es imprescindible separar el trigo de los inmigrantes trabajadores de la cizaña de los delincuentes', dijo Leguina.

'Injusto y perverso'

Es 'injusto y perverso', según el Sindicato Unificado de Policía, achacarle todo a los inmigrantes. De hecho, recuerda el SUP, hay ciudades como Huelva donde el peso de la inmigración es mínimo comparado con el aumento de los delitos. José Fiscal, concejal del Grupo Socialista en Huelva, recuerda que en este municipio se han quemado 50 coches en los últimos seis meses. En las encuestas internas, la inseguridad ciudadana es el problema que más le preocupa a los onubenses. La Policía Local no contrata un solo policía en los últimos seis años. Según un informe del propio delegado de Seguridad Ciudadana hacen falta 90 policías locales más.

En Badajoz, la inseguridad es la segunda preocupación de los ciudadanos sólo por detrás de la limpieza, según Eduardo Orduña, portavoz del grupo socialista en la oposición.

El jefe superior de la Policía en la Comunidad de Valencia ha declarado públicamente este mes que otra de las causas del incremento de la violencia están vinculadas a la nueva Ley del Menor. 'Antes podíamos tener a un menor detenido en comisaría hasta 30 horas. Hoy día sólo puede estar una hora'. Martínez recordaba que los pequeños delitos juveniles van acompañados de una violencia injustificada e innecesaria'.

El ministro del Interior le dijo a Leguina el martes en el Congreso: 'Tengo datos de personas que han sido detenidas hasta 107 veces y no han ingresado en prisión'. Ese mismo día, a las doce de la noche, a cinco minutos del Congreso, en el metro de la Puerta del Sol, los argelinos N. N., de 26 años y K. S., de 28, eran sorprendidos por dos agentes de paisano mientras robaban la riñonera a un israelí. El de 28 años había sido detenido 42 veces en España y el de 26 años había sido detenido hasta 112 veces desde la primera vez en 1994, en Barcelona. Su ficha delictiva parecía una enciclopedia del crimen: robo con fuerza, amenazas, lesiones, atentado, resistencia a la autoridad, hurto...

'No confundir'

'No son uno ni dos los extranjeros que han pasado por esta comisaría con más de ochenta y noventa detenciones. Pero hay que dejar claro que este tipo de gente no tienen nada que ver con los pobres inmigrantes que llegan sin documentos a trabajar', explica el comisario del distrito Centro de Madrid, Telesforo Rubio. 'Son delincuentes comunes, tengan la nacionalidad que tengan. Y el problema con ellos es que suelen robarle a turistas. El turista después se va y no comparece en el juicio oral. El otro queda impune y va acumulando denuncias'.

'Quizás habría que dar validez a la práctica de pruebas a distancia. Y ver el derecho comparado en otros países donde no sucede esto', sugiere el comisario del distrito Centro en Madrid.

Una de las claves para que no ingresen en prisión los pequeños delincuentes como carteristas y tironeros es que se conocen a la perfeción una ley que es ley de oro en la calle: si se roba sin violencia y por cantidades menores a 50.000 pesetas, la Policía no puede detener al delincuente, y la multa máxima, cuando se celebra el juicio es de 6.000 pesetas. 'El coste que este tipo de gente supone para las arcas públicas es tremendo para lo poco que conseguimos. En el distrito Centro tenemos hasta cuatro grupos especializados en carteristas. Y sorprenderlos in fraganti no es nada fácil'.

Si la escasa presencia de los agentes se acusa en la calle, en la carretera también. Mientras el número de vehículos viene aumentando casi un millón cada año, el de los guardias civiles de tráfico se mantiene igual verano tras verano. Así, en 1980 había 12 millones de turismos en España y 7.000 agentes. Ahora hay 17.500.000 coches y 8.348 guardias de tráfico.

El portavoz de la Dirección General de Tráfico señala que aunque es cierto eso y que a buen seguro los kilómetros de carretera también han aumentado en los últimos veinte años, a cambio la DGT tiene unas 500 cámaras repartidas por ocho grandes ciudades, con lo cual se compensa en algo la falta de personal.

En definitiva, el aumento demográfico, las nuevas bandas internacionales y el terrorismo global, parecen haber cogido con el paso cambiado a los cuerpos policiales de España. 'Y mientras no se aumente la plantilla vamos a seguir yendo de fracaso en fracaso', sentencia un portavoz del Sindicato Unificado de Policía.

Un sospechoso de dar un tirón es detenido por la policía en el barrio madrileño de Lavapiés.
Un sospechoso de dar un tirón es detenido por la policía en el barrio madrileño de Lavapiés.CRISTÓBAL MANUEL

Recursos contra ETA

Con sólo ojear los números de la lucha contra ETA se desprende que el gran beneficiario de ella es el tironero, el carterista, el atracador, el violador, el homicida. En definitiva, el delincuente común. Cinco mil policías nacionales, según el Sindicato Unificado de Policía (SUP), y 1.500 guardias civiles, se destinan al año a la lucha contra ETA. Cada mes llegan a Madrid 500 agentes con sus dietas correspondientes para trabajar de guardaespaldas. Las arcas municipales también se resienten. Desde que ETA concluyó su breve cese de los tiros, el Ayuntamiento de Madrid multiplicó por tres el número de sus escoltas y elevó a 200 millones de pesetas el presupuesto destinado a dietas y horas extras. Los 53 concejales de Madrid, de gobierno y oposición, llevan escoltas. En Cataluña, entre 1998 y 2001, los Mossos d'Esquadra han doblado el número de escoltas personales. Si en 1998 dedicaron 83 agentes, en septiembre de 2000 lo incrementaron hasta 160 agentes. En Bilbao, el 3,5% de una plantilla de 700 policías se dedica desde 1999 a escoltar a seis ediles del Ayuntamiento. Lo mismo sucede en ciudades como Pamplona, Sevilla o Valencia, que no han querido ofrecer más detalles por motivos de seguridad. Mauricio Moya, comisario jefe del departamento de enlaces, encargado de la organización de los efectivos, cree que el Gobierno se ha obsesionado con la lucha antiterrorista y ha descuidado el resto de la seguridad ciudadana: 'El Gobierno dice que respecto a la kale borroka la tolerancia debe ser cero. ¿Pero por qué debemos tolerar entonces cinco muertos y mil heridos diarios? Si seguimos así, antes de 2004 serán siete los muertos diarios, y lo pagaremos todos'.

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