La mitad de los profesores conoce a algún compañero amedrentado por sus alumnos
Un 60% de los alumnos dice que compañeros suyos llegan 'incluso a la violencia física'
Casi la mitad de los profesores no universitarios, un 47,1%, conoce a algún colega que se siente amedrentado por sus alumnos. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado entre 2.250 docentes de centros públicos y privados de toda España. Un 60% de los alumnos dice también saber de escolares que llegan incluso a la violencia física y de compañeros que no se atreven a decir que otros chicos les están molestando. Tanto profesores (72,5%) como estudiantes (55,8%) están de acuerdo en que se deberían de tomar medidas más duras con este tipo de alumnos.
La falta de disciplina en los centros es, según el 66,1% de los profesores, una de las principales causas de los problemas educativos en la actualidad. Sin embargo, al preguntar a los docentes qué grado de satisfacción tienen del orden y la disciplina en el centro donde imparten clases, un número elevado (57,7%) está bastante satisfecho, mientras que está algo o nada conforme alrededor del 21% en ambos casos.
El informe, realizado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) a iniciativa de la Fundación Hogar del Empleado, presenta la visión del profesorado y forma parte de un estudio más amplio en el que se analizan las opiniones de los padres y alumnos.
El autor del estudio, el ex secretario de Estado de Educación con el PSOE y uno de los padres de la LOGSE, Álvaro Marchesi, apunta que 'no se puede hablar de problemas de violencia en general, ya que como señala la encuesta, sólo un porcentaje percibe la falta de disciplina en su colegio'.
En esto coinciden los expertos: estos sucesos son todavía hechos aislados, sin embargo, aumentarán si no se invierte en formar al profesorado para resolver los problemas de convivencia en las aulas. Según un informe de hace dos años del Defensor del Pueblo, el 4% de los alumnos de secundaria decía haber sufrido agresiones físicas y el 30% agresiones verbales. Marchesi apunta también varias soluciones para atajar el clima de tensión. Entre ellas, cree que se tendría que reducir el número de alumnos en las aulas y aumentar la presencia de profesores de apoyo y orientadores. Señala también que los centros deberían de poner en marcha estrategias de negociación de los conflictos, en el que participasen alumnos y profesores, y que habría que reforzar el papel del equipo directivo del colegio para poder tomar decisiones rápidas y atajar cuanto antes algún caso de disciplina grave que surgiese.
Pero si los profesores se quejan de la tensión en las aulas, los alumnos hacen lo propio y señalan que el profesorado también recurre al insulto, aunque sea de manera esporádica. Sólo una minoría, el 21,1%, piensa que sus profesores se encuentran muy presionados por los compañeros más conflictivos. El hecho de que exista tensión en algunos centros puede ser, según Marchesi, uno de motivos de que gran parte de los docentes, el 43,8%, rechace que la enseñanza sea obligatoria hasta los 16 años (lo valoran bastante positivamente el 38,1%), ya que tienen en sus clase a un alumnado heterogéneo 'al que no saben como hacer frente'. Un 74,5% de los profesores percibe que este aumento de la heterogeneidad en las aulas es una de las causas de los problemas educativos.
De la misma manera, el 72,5% del profesorado está de acuerdo en que se separe a los alumnos a los 14 años en tres itinerarios que les conduzcan al bachillerato, la formación profesional y la inserción laboral, como planea el Gobierno en la futura Ley de Calidad.
Marchesi cree que los profesores se ven tan desbordados a la hora de aplicar la secundaria que no ven otra salida que separarlos por itinerarios. Y añade: 'No es que sea su medida preferida, es que no se les ha dado otra hasta el momento desde la Administración'. Los expertos apuntan en este sentido y señalan que el desinterés y la indisciplina de muchos alumnos y el aumento del fracaso escolar (uno de cada cuatro no obtiene el título de secundaria obligatoria) son factores que dificultan la convivencia en las aulas.
Integración de minorias
Respecto a la integración de alumnos con discapacidades y minorías, un 26,7% del profesorado la rechaza, y un 51,6% lo ve positivo. En este aspecto, los padres y alumnos están más a favor y califican este aspecto con 7,2 y 6,5 puntos, respectivamente, sobre 10. Los profesores lo hacen en un 5,9.
Otro de los problemas que los docentes resaltan, el 92%, es el progresivo abandono por parte de la familia de sus responsabilidades educativas. De esta manera, casi el 90% del profesorado está convencido de que una acción coordinada entre el colegio y la familia es uno de los pilares de una educación con calidad. Pero mientras que los profesores se quejan de la escasa colaboración, los padres están relativamente satisfechos.
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