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DEBATE DE POLÍTICA GENERAL

La izquierda define la intervención de Pujol como el discurso de un presidente 'que se va'

La oposición destaca la consolidación de la alianza entre la coalición nacionalista y el PP

Enric Company

Salvo imprevistos, el de ayer fue el penúltimo discurso de Jordi Pujol en un debate de apertura de curso parlamentario si cumple su compromiso de agotar la legislatura. La oposición lo acogió como el de un presidente cansado y sin ilusión que tiene ya un pie fuera del cargo tras 21 años de ejercicio. 'Intento publicitario de un presidente que se retira', dijo Rafael Ribó, de Iniciativa-Verds (IC-V). ' El discurso de un burócrata sin nervio, de un presidente que se va', afirmó también Josep Lluís Carod, de Esquerra Republicana (ERC). El socialista Joaquim Nadal lo definió como una muestra de 'tristeza, desesperanza e ineficacia' de un gobierno que está 'en tiempo de prórroga' tras el correctivo sufrido en las últimas elecciones.

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Los diputados socialistas estuvieron ayer especialmente respetuosos con Pujol, a pesar de que el presidente castigó al hemiciclo con un discurso de dos horas y media de duración y recurrió a su ya viejo estilo de enumerar infinidad de detalles. Los en otras ocasiones vociferantes escaños socialistas quisieron salvaguardar a su líder Pasqual Maragall, ante los retos que se le avecinan en la Cámara. Pero eso no impidió que tras el discurso el portavoz del PSC-Ciutadans pel Canvi, Joaquim Nadal, proclamara que 'Cataluña necesita otra cosa'.

La oposición no se mostró en absoluto impresionada por el aluvión de datos con que Pujol trufó su discurso ni por la apelación a la responsabilidad colectiva con la que el presidente cerró su intervención. 'Una mezcla de la técnica de la perdigonada y una dosis final de Viagra moral', sintetizaba uno de los diputados socialistas ya veteranos en estas lides. Carod sentenció que este modelo de discurso es más propio de un presidente 'de diputación grande, arregladita', pero alejado del liderazgo político que se le requiere.

Nadal destacó que, tras haber sido superado en votos en las últimas elecciones, el Gobierno de Pujol 'juega en tiempo de prórroga' y sostuvo que cuando se está en estas condiciones 'no se pueden anunciar planes, libros blancos e institutos que no se han hecho en 20 años'. La duración de un discurso, dijo, 'no aporta nada'.

La solidez del pacto CiU-PP

Lo único que Nadal acogió como un cambio positivo respecto a las posiciones clásicas de Pujol fue la ayer reiterada alusión del presidente a los ayuntamientos en clave de colaboración. 'Esto sí es un novedad', dijo. Pero una vez anotada en el haber, la interpretó como la pretensión del presidente de 'buscar acompañamiento en tiempos de crisis y zozobra'.

De todas formas, tanto Nadal como Carod destacaron también que Pujol no formuló ni una sola autocrítica a su gestión en el último año, a pesar de que ha sido un periodo cargado de problemas para su Gobierno y de fuerte contestación contra algunas de sus decisiones. En el año del Plan Hidrológico Nacional había 'motivos sobrados' para las rectificaciones, afirmó el portavoz socialista.

Carod criticó particularmente que en la intervención de Pujol no hubiera el menor asomo de giro en las alianzas de CiU y en la búsqueda de apoyos parlamentarios para el minoritario Gobierno catalán. 'No hay mano tendida, ni un mensaje de complicidad, ningún puente para el diálogo y encuentro con las demás fuerzas procedentes del catalanismo político', lamentó el secretario general de los republicanos.

La ratificación de la alianza con el PP no sorprendió en absoluto a Ribó. Las críticas que Pujol formuló contra la política autonómica del Gobierno de Aznar fueron consideradas por el diputado ecosocialista como una mera maniobra de distracción destinada a 'ocultar que el presidente le debe el cargo al PP'.

Más allá de estos amagos, dijo Ribó, la realidad es que 'CiU no es prisionera del PP, sino socia y corresponsable' de las políticas que los conservadores desarrollan con independencia de sus posiciones autonómicas. Ribó recriminó a Pujol que utilice la confrontación con la política autonómica de Aznar 'para esconder una obra de gobierno conservadora y de derechas plenamente coincidente con el PP en la protección de los intereses de los poderosos'.

También Nadal juzgó irrelavantes las críticas de Pujol al PP, a pesar de que algunos diputados convergentes han hablado en los últimos días de 'distanciamiento' entre CiU y el PP a causa de la política autonómica del Gobierno de Aznar. Ha sido una crítica 'blanda', cuidadosamente 'modulada' para no provocar ruptura alguna, dijo el portavoz socialista.

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