Rusia pone en alerta a sus 25.000 soldados en Tayikistán
La República tayik afirma que no permitirá que EE UU utilice su territorio para atacar
Alexéi Arbátov, vicepresidente del comité de Defensa de la Duma o Cámara baja del Parlamento, no excluyó ayer que Rusia participe en las operaciones militares que lance EE UU. Sin embargo, Arbátov, repitiendo lo expresado por Vladímir Putin el día anterior, advirtió de que dichas acciones deben estar 'fundamentadas'. Mientras tanto, el Kremlin puso ayer en alerta a los 25.000 soldados que tiene desplegados en Tayikistán.
Rusia ha dicho que, en caso de que un ataque armado esté fundamentado, exigirá ser un 'participante de pleno derecho' en las operaciones. Pero Alexéi Arbátov aclaró ayer que 'si Rusia presta a los estadounidenses sus bases y medios, no puede darles carta blanca'.
Mientras, el subsecretario de Estado norteamericano, John Bolton, llegaba a Moscú para preparar la reunión de los jefes de las diplomacias de Rusia y Estados Unidos, y celebrar otra ronda de consultas sobre el Tratado ABM de defensa contra misiles y el escudo antimisiles.
Bolton, que se reunirá hoy con el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Gueorgui Mamédov, es el primer alto funcionario de EE UU que llega a Moscú tras los atentados en Washington y Nueva York. Fuentes diplomáticas dijeron ayer que los atentados ampliarán la agenda de la reunión para incluir cuestiones de lucha contra el terrorismo, informa Efe.
Por su parte, Tayikistán desmintió ayer que esté dispuesto a recibir en su territorio un contingente militar norteamericano, y afirmó que no permitirá la entrada de tropas estadounidenses para un posible ataque contra bases terroristas de su vecino del sur.
El portavoz del Ministerio de Exteriores tayik, Ígor Sataróv, hizo el desmentido en Dushanbé, la capital, en respuesta a informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación en el sentido de que esa República, que tiene frontera con Afganistán, habría dado su consentimiento para que los norteamericanos lancen desde su territorio ataques contra campos de entrenamiento de Osama Bin Laden.
Los talibán advirtieron expresamente a Dushanbé que si éste permite lanzar un ataque contra Afganistán, la responsabilidad recaerá 'primero, en Tayikistán, y sólo después, en EE UU'. El viernes, el primer ministro, Akil Akílov, había dicho que consultaría primero a Rusia en caso de que Washington le pidiera corredores aéreos para bombardear bases de Bin Laden.
El Kremlin continúa ejerciendo una gran influencia en Tayikistán, donde mantiene cerca de 25.000 soldados entre efectivos de la 201ª División, que ayer fueron puestos en estado de alerta de combate, y guardias fronterizos.
Son precisamente las fuerzas rusas las que han permitido al presidente Emomalí Rajmónov permanecer en el poder. Moscú considera vital su presencia militar para impedir que el funcionamiento islámico se extienda, primero por las ex Repúblicas soviéticas de Asia Central, y después llegue a territorio ruso. Rusia, a través de Tayikistán, presta ayuda a la Alianza del Norte, que combate a los talibán y que todavía tiene en sus manos importantes zonas en el norte de Afganistán, en Badajshán, Panshir y Tajar.
Afganistán limita al norte con otros dos países que antes formaban parte de la Unión Soviética: Turkmenistán y Uzbekistán. Los turcomanos son los que mejores relaciones han tenido con los talibán en los últimos años. Y el presidente Saparmurad Niyázov tratará de mantener la neutralidad, sobre todo porque en el vecino Afganistán viven numerosos turcomanos que pueden inundar el país. Uzbekistán, que tiene grupos guerrilleros fundamentalistas en su territorio, aplaudirá toda operación militar contra los talibán, pero no es seguro que se atreva a unirse abiertamente a EE UU.
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