El dinero 'evaporado' de Gescartera no está en el HSBC, según la auditoría del banco británico
Camacho colocó en su agencia a la hermana de un directivo de esa entidad en España
El dinero evaporado de Gescartera no está en el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC), según una auditoría interna elaborada por los responsables en Londres de ese gigante financiero cuya filial en España operaba con la agencia de valores de Antonio Camacho. Éste colocó en Gescartera a una hermana de Salvador Pastor, directivo del HSBC. El HSBC ha peinado sus filiales en todo el mundo sin detectar cuentas a nombre de los imputados en el escándalo. El resultado de su investigación será comunicado en los próximos días al Banco de España.
El resultado de la investigación interna abierta en la central londinense del Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC) tiene especial relevancia debido a las conexiones personales y financieras que unían desde 1992 a la sociedad de Antonio Camacho con directivos en España de ese poderoso banco británico. Especialmente con Salvador Pastor, responsable del HSBC Investment Bank. A su hermana Victoria, entonces en paro, Camacho la colocó en Gescartera, donde trabaja como administrativa desde hace varios años.
Camacho se jactaba ante sus empleados de disponer de un despacho en la sede del HSBC en Madrid, en Torre Picasso, desde el que ejecutaba negocios y aseguraba a sus clientes que las operaciones de Gescartera contaban con el respaldo del banco británico, considerado como la tercera entidad financiera del mundo. Además, Camacho contaba con una línea de crédito personal de 500 millones de pesetas, que le canceló el HSBC en julio del año pasado. La compañía niega haber cedido ninguna infraestructura a Camacho para sus negocios.
No aparecen las cuentas
El HSBC, que cuenta con filiales en la mayoría de paraísos fiscales del mundo, ha rastreado en esos territorios cuentas a nombre de Antonio Camacho, propietario de Gescartera, y de José María Ruiz de la Serna, Francisco Javier Sierra y Jaime García Morey, imputados por la juez Teresa Palacios, sin encontrarlas, según señalan fuentes próximas al banco inglés. 'No hay cuentas ni depósitos relacionados con estas personas. Nosotros no tenemos el dinero', aseguran refiriéndose a los 18.000 millones de pesetas desaparecidos.
En la filial española del HSBC, Antonio Camacho abrió una cuenta a nombre de la sociedad Stock Selection que, según la investigación del banco británico, nunca tuvo saldos ni actividad. Anteriormente esta cuenta figuraba a nombre de la sociedad Euroinvestment UK Ltd., transformada después en Stock Selection. Con ella Camacho hizo creer a un grupo de sus clientes especiales, a los que pagaba un interés mayor, que tenían su dinero en la isla de Jersey, un paraíso fiscal en el canal de la Mancha. Pero en realidad era una sociedad fantasma e inactiva con un capital social de una libra.
La investigación interna del banco determina que desde 1997 éste no tenía la custodia y liquidación de los clientes de Gescartera. El negocio consistió en actuar como broker (intermediario), ejecutando órdenes de compra y venta de acciones a través de su división HSBC Investment Bank, cuyo responsable es Salvador Pastor, amigo personal de Camacho. Se compraban valores nacionales y una cantidad 'poco significativa' de acciones de compañías internacionales.
Cinco años antes, en 1992, este banco, entonces denominado Midland Bank, captó como cliente a Gescartera y ofreció un servicio de custodia y liquidación, cuenta por cuenta y cliente por cliente, que se suprimió en 1997 'porque no era rentable'. Desde ese año la labor se limitó a la tarea de broker, según destaca la auditoría. Ésta asegura que el banco nunca trabajó con cuentas omnibus o genéricas en su relación con Gescartera. Se compraban o vendían futuros o derivados cotizados en renta variable, así como productos de renta fija. Y se operaba sólo con titulares nacionales, identificados e individuales, según determina la investigación del banco.
El informe interno del HSBC destaca que las actividades de la división española con la agencia de valores de Camacho no llegaron al 1% de su facturación total. En este sentido señala que se trataba de un cliente más.
Banco de España
Responsables del banco británico presentarán sus conclusiones en los próximos días a los responsables del Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (SEPBLAC), organismo dependiente del Banco de España que lleva a cabo la investigación. La central del banco en Londres mostró desde el principio su disposición a colaborar.
Las relaciones de Camacho con el HSBC no terminaban en Salvador Pastor. Francisco José Bauzá, consejero del HSBC Private Equity Spain, comparte despacho de abogados con Alberto Ureba, hermano de Antonio Alonso, secretario del consejo de la CNMV hasta principios de este año. Bauzá acudió con Camacho a dos reuniones en la sede de la CNMV en Madrid tras la inspección abierta a Gescartera, que concluyó con una sanción. Bauzá y Alberto Alonso aseguran que su relación con Camacho se limitó a un asesoramiento profesional.
Invertir en Luxemburgo
La actividad del HSBC con Gescartera no se limitó a la compra y venta de acciones. En 1999, el banco británico gestionó para Camacho la creación de una Simcav en Luxemburgo que obligaba a Gescartera a depositar 5.300 millones de pesetas en el Banco Internacional de Luxemburgo (BIL). Se iba a denominar Gescartera International Sicav y gozaría del 1% de tributación y de las ventajas similares a las Simcav españolas. 'Fue el culebrón del verano en Gescartera', señala un ex directivo. Pero la Simcav de Gescartera no llegó a nacer. Camacho sólo depositó un millón de euros (166 millones de pesetas) en el HSBC Trinkaus, en Alemania, y ante la falta de aportación de los fondos exigidos el banco británico optó por comunicar por escrito a José María Ruiz de la Serna, apoderado de Gescartera, su negativa a seguir adelante con la operación. La CNMV se dirigió en varias ocasiones al banco británico para interesarse por la fallida operación de la Simcav de Luxemburgo. Algo que sorprendió a los gestores del banco.
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