La investigación se estanca

El FBI y la CIA han recibido más de 25.000 llamadas o mensajes con pistas sobre los autores o posibles colaboradores en los atentados terroristas del martes. Las agencias de investigación son revisadas una a una, pero en las últimas 24 horas apenas parece haber habido avances. Los medios de comunicación difunden y desmienten informaciones cada minuto, y los hechos demuestran que, en ocasiones, la policía se mueve afectada por la psicosis del momento. El director del FBI, Robert Mueller, confirmó a última hora de ayer en una rueda de prensa que no se había producido ninguna detención por parte de agentes federales en toda la investigación. Mueller relató que se han producido numerosos registros domiciliarios.

El director del FBI aseguró también que están siendo analizados ahora mismo ordenadores y discos duros incautados a algunos sospechosos y que ninguna de las cajas negras recuperadas contiene grabaciones.

La línea de investigación más solvente sigue centrándose en Florida. Varios periódicos serios y casi todas las cadenas de televisión alimentaron páginas y minutos con detalles sobre 10 personas detenidas en la noche del jueves en los aeropuertos de Nueva York. Se llegó a decir que un ciudadano árabe había sido detenido cuando trataba de entrar en el Kennedy Internacional con carné de piloto falso y uniforme de American Airlines; después se supo que el hombre era, en realidad, piloto de American Airlines. Otros individuos -todos de origen árabe- fueron detenidos cuando supuestamente querían embarcar en aviones armados con navajas que resultaron ser bolígrafos. Al final, todos los detenidos fueron puestos en libertad, no sin que antes algunos medios dieran por prácticamente cerrada la investigación.

La desinformación está provocada por la mezcla de pasión, competencia mediática y, en último término, por la falta real de noticias. Todo esto llevó ayer al alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, a hacer esta reflexión: 'Las supuestas detenciones y las informaciones de personas arrestadas cuando querían entrar con cuchillos a un avión no fueron verificadas ni con la policía ni con el FBI. Pero se publicaron y se difundieron, y eran informaciones falsas. Hay que tener un poco más de paciencia y verificar las informaciones antes de ponerlas en la calle. Si no, se da a la gente falsas esperanzas y se puede crear una situación que lleve a tomar decisiones capaces de poner en peligro vidas humanas'.

Cajas negras inservibles

Lo único confirmado con certeza hasta el momento es la lista con las identidades de los 19 terroristas suicidas (no 18, como se había dicho anteriormente) que se repartieron entre los cuatro aviones estrellados el martes. También se han recuperado las cajas negras del avión que destrozó una pared de Pentágono; una de ellas contiene los datos de vuelo, aunque ambas se encuentran en muy mal estado y pueden ser inservibles. Los investigadores habían localizado el día anterior una de las cajas negras del avión que se estrelló contra el suelo de Pensilvania, 'que nos va a ayudar mucho en la investigación', dijo el agente del FBI Bill Crowley.

Sobre el terreno, varías líneas de investigación conducen hacia Florida, donde vivían al menos 12 de los secuestradores. Agentes de los servicios de inmigración entraron en un barco frente a las costas de Miami y detuvieron al menos a un individuo de pasaporte pakistaní que figura en la lista de terroristas internacionales. Él y otro de los pasajeros tienen, según fuentes del FBI, antecedentes en secuestros aéreos.

Al mismo tiempo, agentes especiales del FBI investigan domicilios y vehículos de personas sospechosas en todo el Estado. También se analiza con lupa la identidad de los alumnos inscritos en los últimos meses en academias de pilotaje comercial. Al menos dos de los 18 secuestradores acudieron a una escuela de aviación de Venice (Florida) y después completaron su entrenamiento en otra academia privada en Alemania. El dueño de la academia estadounidense confirmó que ambos recibieron entrenamiento en un simulador de vuelo idéntico a las cabinas de los Boeing 727. 'Si no tuviera que sustentar a una familia, dejaría de trabajar ahora mismo. Es impensable que alguien pueda convertir en un arma lo que nosotros le enseñamos', dijo el responsable de Huffman Aviation.

En el mismo Estado, se investiga también la identidad de tres individuos que hicieron comentarios insultantes contra EE UU cuando se encontraban embriagados en un club de striptease de Daytona Beach. El dueño del local, John Kap, ha relatado que los tres 'hablaban de lo malo que es este país, y decían: 'Esperad hasta mañana. América va a ver derramamiento de sangre'.

Hay otro individuo, Adnan Bukhari, que permanece retenido por la policía. Sin embargo, las filtraciones son poco ilustrativas y casi antagónicas: unos agentes aseguran que se le retuvo erróneamente por tener carné de piloto y otros dicen que está asociado a los terroristas y está colaborando con la investigación.

En todo caso, según adelantó ayer The New York Times en sus páginas de Internet, los servicios de inteligencia están cada vez más convencidos de que Osama Bin Laden está en el centro estratégico de los atentados terroristas. Hay informaciones captadas por el espionaje estadounidense que relatan cómo varios miembros de la familia de Bin Laden habían recibido el mensaje de ocultarse 'antes de que hagamos el trabajo', según fuentes de la inteligencia citadas por el diario, que también reconocen la necesidad de analizar por qué no se otorgó más seriedad a los indicios de que una acción terrorista parecía inminente.

Además, dos o quizá tres de los 19 secuestradores figuraban en las listas de los servicios de inmigración como individuos vinculados a grupos terroristas, aunque entraron al país -posiblemente desde Canadá- antes de que su nombre entrase en los ordenadores de inmigración.

En Boston, la policía ha revisado la grabación de las cámaras de seguridad del aparcamiento del aeropuerto y ha descubierto que el coche en el que llegaron los terroristas había entrado y salido al menos cuatro veces en la semana anterior al atentado. Según el Boston Globe, que cita fuentes de la investigación, la trama comenzó a planificarse hace al menos cinco años.