La policía española vigila a supuestos terroristas islámicos en Alicante
Los extremistas usan la costa de Levante como base de entrada a Europa
Los servicios de Información españoles han constatado que terroristas islámicos procedentes del norte de África, especialmente de Argelia, están utilizando España como plataforma para entrar en Europa y como lugar de refugio. Los extremistas, fundamentalmente del GIA argelino, utilizan como cabeza de puente y base de descanso la ciudad de Alicante, donde intentan pasar desapercibidos entre la amplia colonia de esa nacionalidad. Precisamente en Alicante fue detenido en junio Mohamed Bensakhria, supuesta mano derecha para Europa de Osama Bin Laden, enemigo número uno de EE UU.
La presencia de supuestos terroristas islámicos vinculados con el GIA fue detectada a principios de los años 90. Desde entonces, estos extremistas han venido utilizando la Comunidad Valenciana, especialmente Alicante, 'como base logística y de descanso', según fuentes policiales. El grupo especializado en Terrorismo Islámico de la Comisaría General de Información y el Cesid tienen destacadas permanentemente en la zona 'antenas' para conocer los movimientos de personas sospechosas de pertenecer o colaborar con grupos armados de ese tenor.
La información recabada por España en territorio nacional y en el Magreb sobre esos grupos ha llamado en varias ocasiones la atención de las policías de todo el mundo. El anterior ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, logró a finales del año pasado el compromiso del FBI y de otras agencias de información y espionaje de Estados Unidos de 'acrecentar la cooperación contra el terrorismo de ETA y contra los grupos islámicos'.
Entonces, Mayor Oreja y el director del FBI, Louis Freeh, acordaron durante una reunión en Washington organizar grupos de funcionarios de ambos países 'para materializar esa cooperación con intercambio de información y una mayor colaboración policial'. EE UU se comprometió entonces a facilitar más información sobre los mercados internacionales de armas y las vinculaciones de ETA con otros grupos terroristas, y España a mantener informado al FBI sobre movimientos en España y el Norte de África de personas vinculadas al terrorismo islámico.
Portavoces del Ministerio del Interior y de la Dirección General de la Policía rehusaron ayer confirmar oficialmente el que se haya detectado, especialmente en las últimas semanas, la presencia de terroristas islámicos en España, aunque subrayaron que existen unidades especializadas en ese modelo de terror. 'Ese asunto es materia reservada y mucho más en estos momentos, tras los atentados de Estados Unidos', dijeron. Ayer mismo se celebró una reunión de altos mandos policiales para analizar las consecuencias y el alcance que pueda tener en España los ataques contra Nueva York y Washington.
Preocupación
En cualquier caso, otras fuentes policiales indicaron que 'existe preocupación' entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad por el uso de España como una puerta de entrada hacia Europa y como base de descanso y porque 'con cierta frecuencia' se controlan 'movimientos de personas que puedan estar relacionadas o prestar apoyo' a supuestos terroristas. Además, indicaron que este tipo de activistas 'no suelen actuar en territorio español', que considerarían como 'una especie de Santuario que no se debe tocar'. Pese a ello, subrayaron la necesidad de reforzar la colaboración internacional para reprimir en toda Europa éste y otros tipos de terrorismo.
La última demostración de la presencia de terroristas islámicos en España se produjo el 22 de junio con la detención en Alicante de Bensakhria, a quien las policías de España, Alemania, Francia, Italia y EE UU atribuían la condición de 'jefe operativo' y 'mano derecha de Bin Laden en Europa'.
Bensakhria, entrenado en Afganistán en el manejo de armas y explosivos, fue identificado a través de una huella dactilar localizada por la policía alemana en un apartamento de Frankfurt. Los agentes encontraron en el piso dos pistolas ametralladoras, una granada y explosivos, además de documentos que probaban, según las fuentes consultadas, que el comando Meliani, dirigido por Bensakhhria, se disponía a atentar entre diciembre y enero de 2000 contra un mercadillo y la catedral de Estrasburgo (Francia) 'en las horas de mayor afluencia de público'. En España había cambiado su aspecto físico, se ocultaba en un garaje y se hacía pasar por temporero, condición que sostuvo en todo momento a pesar de que su huella dactilar lo delató. Días después, fue extraditado a Francia.
Los servicios contraterroristas de Francia, Alemania, Túnez y Argelia han advertido en numerosas ocasiones, especialmente a partir de 1994, de la presencia de terroristas islámicos en España, sobre todo en Alicante, ciudad con una línea marítima que enlaza con Orán (Alicante). De hecho, el Ministerio del Interior y el Cesid han tenido constancia, a través de sus 'antenas' en la provincia costera, de la presencia de miembros del GIA argelino, 11 de cuyos miembros y cuatro colaboradores fueron detenidos en 1997 en Valencia y Barcelona. También ha sido detectada en al menos dos ocasiones la presencia de terroristas tunecinos. De hecho, el Gobierno de Túnez llegó acusar a España (y también al Reino Unido) en 1995 de 'hacer la vista gorda' con activistas buscados de dicho país.
21 asesinados desde 1985
El terrorismo islámico ha causado en España desde 1985 un total de 21 muertos y 111 heridos. La mayoría de las víctimas -18 muertos y 86 heridos- se produjeron en el atentado contra el restaurante El Descanso, cercano a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), perpetrado el 12 de abril de 1985 y atribuido inicialmente a la 'organización shií Yihad Islámica'. El crimen nunca se aclaró, por lo que en abril de 1995 fue sobreseído y archivado 'por falta de autores'. El juez Baltasar Garzón trató de demostrar sin éxito hasta 1995 la supuesta relación en dicho atentado del comerciante de armas sirio Monzer al Kassar, residente en Marbella, quien fue relacionado también con el secuestro en 1985 del buque italiano Achile Lauro (en el que fue asesinado un ciudadano norteamericano de origen judío) y con el intento de matar en Madrid al libanés Elías Jousset Assad Awad, supuesto colaborador del Mossad. Otro de los asesinatos atribuido al terrorismo islámico fue el del saudí Nasser Abdul Aziz, tiroteado en 1984 en Marbella junto al dueño del diario kuwaití Al Anbas, Jalid al Marzook, quien resultó ileso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Investigación antiterrorista
- Terrorismo internacional
- Osama Bin Laden
- Política exterior
- Terrorismo islamista
- Estados Unidos
- Operaciones antiterroristas
- Orden público
- 11-S
- Al Qaeda
- Atentados terroristas
- Islam
- Política antiterrorista
- Seguridad ciudadana
- Lucha antiterrorista
- Relaciones exteriores
- España
- Grupos terroristas
- Política
- Terrorismo
- Religión
- Justicia