Bruselas pretende un fuerte aumento de los impuestos sobre las gasolinas en España
Con la propuesta de la UE, el gasoil aumentaría 12 pesetas y la gasolina sin plomo, 19
Bruselas pretende que los impuestos sobre las gasolinas y el gasóleo aumenten considerablemente en países como España, Grecia, Luxemburgo o Portugal, para evitar las fuertes diferencias fiscales que existen entre los países de la Unión Europea. El Libro Blanco sobre el Transporte, que hoy presentará la comisaria Loyola de Palacio, señala que 'la ausencia de una fiscalidad armonizada constituye un obstáculo al buen funcionamiento del mercado interior'. En España el gasoil aumentaría al menos 12 pesetas por litro y la gasolina sin plomo, 19.
La mayor carga porcentual del precio de los carburantes, con una media cercana al 80%, se debe a los impuestos, que en los países de la Unión Europea se dividen entre los denominados 'derechos de accisas' y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). En el caso de los 'impuestos accisas' varía desde 51 pesetas por cada litro de carburante, como media, en Grecia, hasta las 130 pesetas por litro en el Reino Unido. En España, ese impuesto es de unas 45 pesetas por litro en el caso del gasóleo y de 61 pesetas por litro en el caso de la eurosúper.
España es uno de los países europeos, junto con Grecia, Irlanda, Luxemburgo o Portugal en los que ese impuesto es considerablemente más bajo que en el resto de la UE. La Comisión propone ahora que los impuestos armonizados sobre los carburantes sean al menos superiores a la media comunitaria actual. Hoy, esa media, con la influencia del 'impuesto accisa' y del IVA, se sitúa en 57 pesetas por litro para el gasóleo y 80 pesetas por litro para la gasolina sin plomo. Por tanto, en España los precios aumentarían al menos en 12 y 19 pesetas por litro, respectivamente.
En el caso del IVA, esa armonización por la que aboga Bruselas también jugaría en detrimento de los usuarios españoles. El IVA sobre las gasolinas en España es del 16%, mientras en Suecia o Dinamarca es del 25%, del 22% en Finlandia o del 20% en Austria. De hecho, ese impuesto en España sólo es menor en Luxemburgo (12%).
El Libro Blanco hace hincapié en la necesidad de equiparar esos impuestos especialmente en el transporte profesional por carretera, cuyo sector ya protagonizó el pasado año numerosas protestas en Europa a raíz de las subidas de los precios. Aproximadamente el 20% de los costes de producción del sector se deben a los carburantes.
Pero la Comisión Europea no persigue esa equiparación fiscal, ya rechazada por el Gobierno español en el pasado, sólo por evitar distorsiones en el mercado interior europeo, sino también para evitar que aumente aún más la utilización del transporte por carretera en la Unión. Hoy, casi el 45% del transporte europeo de mercancías se realiza por unas carreteras ya bastante saturadas y es el responsable de un tercio de las emisiones de gas de efecto invernadero. En las carreteras europeas, además, han muerto en accidente 1,64 millones de personas desde 1970 (40.000 el año pasado, además de 1,7 millones de heridos, en su mayoría jóvenes).
Por eso, Bruselas considera que, de un lado, parte de la recaudación derivada de los carburantes debe destinarse al desarrollo de medios de transporte, sobre todo el tren, y, de otro, considera que las energías alternativas al petróleo deben gozar de importantes ventajas fiscales.
En el Libro Verde también se apuesta por crear nuevas vías de transporte en los Pirineos, ya que las principales carreteras que unen Francia y España se encuentran igualmente saturadas.
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