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COYUNTURA AGRARIA

Los excedentes y los bajos precios desatan la crisis en el sector del vino

Las organizaciones agrarias reclaman medidas a la Administración

El sector del vino de mesa se halla inmerso en una grave crisis provocada por los excedentes y las bajadas de precios, cuyas consecuencias, en opinión de las organizaciones agrarias, son imprevisibles. Para Asaja, si la Administración no adopta medidas para atajar esta situación, se pueden producir arranques sin prima a muy corto plazo ante la escasa rentabilidad del cultivo. UPA y COAG acusan por su parte a la Administración de mirar a otra parte en lugar de hacer frente al problema.

Esta situación de crisis en el vino de mesa choca, sin embargo, con el desarrollo en paralelo de un programa de reordenación para mejorar estructuras y variedades en el sector que esta campaña va a suponer ayudas comunitarias por unos 25.000 millones de pesetas. A escasas fechas de que se generalice la recolección de la uva, la situación en las grandes zonas productoras como en Castilla-La Mancha, y también en otras como La Rioja, es muy negativa, con previsiones de cotizaciones por los suelos. Muchos agricultores amenazan con no recoger la uva ante la falta de rentabilidad del producto.

En Castilla-La Mancha, se manejan precios de 20 pesetas para los blancos y, en zonas como La Rioja, se habla de precios ligeramente por encima de las 50 pesetas, ante la existencia de una gran cosecha y muchos excedentes en las bodegas.

La campaña pasada, con una producción de 45,4 millones de hectolitros, el mercado mantuvo unos precios bajo mínimos para el vino de mesa a pesar de las entregas para su transformación en alcohol de casi 10 millones de hectolitros.

Para esta campaña, las previsiones están marcadas por el pesimismo generalizado. Los precios del vino no han despegado por encima de las 300 pesetas hectogrado para los blancos, unas 40 pesetas el litro en origen. Hay un excedente de vinos blancos de mesa de 10 millones de hectolitros, lo que supone un lastre grave si se tiene en cuenta que la demanda de vinos de mesa se halla en unos siete millones de hectolitros.

Las previsiones de cosecha, a pesar de la existencia de heladas en algunas zonas, se sitúan entre los 40 y los 42 millones de hectolitros, lo que supondrá la necesidad de quemar al menos una cifra similar a la de la campaña anterior. La Administración comunitaria ha fijado ya algunas reglas de juego para el desarrollo de esta nueva campaña, todas ellas negativas para España. El periodo para ofertar vino con destino a su quema para obtener alcohol de uso de boca se ha retrasado del 1 de septiembre hasta el 15 de octubre, lo que supone aumentar los interrogantes en el mercado. Por otra parte, se ha reducido del 40% al 30% el porcentaje máximo de vino que una bodega puede entregar para destilación.

De acuerdo con los planes de reordenación en marcha para el sector del viñedo, mejorando estructuras y poniendo nuevas variedades, las producciones de vino en España se hallan en una línea de claro incremento para situarse por encima de los 40 millones de hectolitros. Frente a esta situación, el consumo se halla en caída libre para el vino de mesa, aunque aumentó la demanda de vino de calidad. Todo ello supone, sin embargo, una demanda de sólo unos 30 litros por persona y año, algo totalmente insuficiente para absorber una producción en alza.

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