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Una expedición formada por cinco miembros de Aranzadi viaja a Canadá para retratar y estudiar la aurora boreal

De San Sebastián a Yellowknife, en Canadá. Un largo viaje que comienza hoy para cinco miembros de la sección de Astronomía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y que tiene por objeto fotografiar, grabar y estudiar el fenómeno de las auroras boreales a lo largo de un mes.

La expedición Aurora 2001, patrocinada por Aranzadi, el Museo de la Ciencia de San Sebastián y ETB, tiene sobre todo un carácter divulgativo, ya que con todo el material recopilado está previsto montar una exposición en el museo y editar un documental, según señala Jon Teus, el fotógrafo del grupo.

Ambos proyectos pretenden dar cuenta de un bello espectáculo luminoso 'resultado de la interacción entre el viento solar y la atmósfera terrestre', explica Julia Gallego, la matemática de la expedición, quien añade que se pueden ver como 'una especie de cortinas de diferentes colores en movimiento'.

El director del Museo de la Ciencia, Félix Ares, ahonda en la ilustración y compara una aurora polar con una bombilla fluorescente. 'Los electrones de alta energía vienen del sol y chocan con el aire', tras lo cual 'se ve una luz fluorescente que tiene unos mil kilómetros de longitud y entre 100 y 400 kilómetros de altura'. Si las partículas procedentes del sol entran en contacto con oxígeno, la aurora adquiere un color verde-azulado, mientras que si lo hacen con nitrógeno, la nebulosa es naranja.

La expedición ubicará su campamento de observación a orillas del lago Marian, a 70 kilómetros al norte de Yellowknife y a 400 al sur del Círculo Polar Ártico. Los miembros de Aranzadi, a los que apoyará otro equipo desde San Sebastián, han elegido esta zona por su óptimas condiciones climáticas y orográficas y porque el campo magnético terrestre, que desplaza las partículas de sol hacia los polos, se encuentra ahora más inclindado hacia Canadá.

Desde allí, los expedicionarios tratarán de comprobar, entre otros aspectos, si las auroras polares suenan realmente o si los ruidos que dice oir la gente al observarlas están 'inducidos por el electromagnetismo de los oídos', apuntó Ares.

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