Osakidetza ignora si el derrumbe del pabellón alargará las obras en Basurto

Osakidetza desconoce el retraso que puede suponer para la conclusión de las obras del Hospital de Basurto, previsto en un principio para mediados de 2003, el desplome de la trasera y parte del lateral de uno de sus pabellones. El Hospital de Basurto tiene cien años de antigüedad y las fachadas de sus diferentes pabellones están realizadas con unos materiales peculiares que ya no se venden en el mercado, por lo que Osakidetza tendrá que realizar un encargo específico. Esta circunstancia ralentizará los trabajos, según el Servicio Vasco de Salud, aunque sus técnicos desconocen cuánto puede durar el retraso y el sobrecoste de las obras.

En el interior del edificio derruido, el pabellón Gurtubay, del que solo se habían conservado las fachadas exteriores, está previsto instalar los nuevos laboratorios, que costarán 855 millones de pesetas. Pero a las 15.20 de la tarde del pasado martes, y por causas que aún se desconocen, parte de los muros se derrumbó, causando graves daños a la cabina de un camión de transporte de material médico que se encontraba aparcado en el exterior del pabellón. El derrumbe sepultó además una pala excavadora en cuyo interior se encontraba un operario que consiguió salir a tiempo.

En la tarde de ayer, los obreros de la empresa constructora retiraban los escombros provocados por el derrumbe, que habían llegado a dañar las barandillas del edificio situado enfrente, en el que se encuentran los servicios de rehabilitación del hospital. Así mismo, procedieron a retirar el camión y la pala excavadora con la ayuda de una grúa.

Las obras de rehabilitación del Hospital de Basurto, a las que el Departamento de Sanidad del Gobierno vasco destinó el pasado mes de abril 3.300 millones de pesetas, comenzaron en dicembre del año pasado. El nuevo bloque quirúrgico, en el que se instalarán 12 nuevos quirófanos, cuenta con un presupuesto de 2100 millones y será construido junto a la capilla del hospital.

Por otra parte, otro de los edificios del centro, que actualmente acoge los laboratorios, presenta importantes grietas en su fachada y se han colocado testigos con el objetivo de medir su progresión.