Tusell propone 'el patriotismo de la pluralidad' como fórmula de convivencia en España
La pluralidad no debe ser un obstáculo para el entendimiento, sino un motivo de enriquecimiento mutuo. Tras esta premisa aguarda lo que el catedrático de Historia Contemporánea Javier Tusell definió ayer como 'el patriotismo de la pluralidad', el mejor camino, a su juicio, para consolidar la convivencia entre todos los que viven en España, al margen de su grado de identificación con una, otra, ambas o ninguna nacionalidad.
Para Tusell, que participó en un curso de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial sobre las relaciones culturales entre Cataluña y España, 'la pedagogía de la pluralidad' serviría tanto para convencer a quienes sólo hablan español y ven en España una nación indisoluble de que la diversidad es fecunda como para hacer ver a los que no se sienten españoles, o comparten la española con otra nacionalidad del Estado, lo que tienen en común con el resto de la población.
El ejemplo de Mendoza
'España es el único país de Europa occidental en donde el 42% de los habitantes tiene otra lengua oficial al margen del castellano', recordó Tusell como ejemplo de pluralidad. 'Es incluso más plural que la antigua Yugoslavia', recalcó. También citó como modelo de pluralidad al novelista Eduardo Mendoza, un autor que 'escribe en castellano pero no se entiende sin Barcelona', así como al ex ministro con el PSOE asesinado por ETA Ernest Lluch, 'un ejemplo de intelectual que quiso entender el nacionalismo vasco'.
El historiador opina que el camino correcto es que los españoles 'se sientan orgullosos del privilegio de vivir en una sociedad en la que conviven la Alhambra, la catedral de Palma y la fachada del Obradoiro'. En contra de ese espíritu situó la labor de la ministra de Educación, Pilar del Castillo, a la que criticó por incumplir el mandato constitucional de fomentar 'la comunicación entre las culturas de los pueblos de España'. 'No es tolerable que la ministra diga que el catalán nunca ha sido perseguido. Debería enseñarse desde la escuela que eso no es así', aseveró Tusell en un encuentro con periodistas.
En el mismo curso que Tusell participó ayer el periodista, escritor y diputado por CiU Vicenç Villatoro, quien sostuvo la tesis de que el objetivo del catalanismo cultural, forjado a partir de 1898, ha sido sustituir los valores tradicionales de España, con el honor a la cabeza, por otros más modernos, relacionados con la industria, el mercado, el dinero y el comercio.
'El catalanismo cultural, a diferencia del vasco, aspira a convertir España en algo profundamente distinto de lo que es', explicó.
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