Las consejerías financiarán los programas sectoriales de I+D de su presupuesto

El fallido Plan Valenciano de Investigación y Desarrollo (PVID), que abortó en febrero en 2000 debido a la oposición tanto de la patronal como de las universidades a un modelo que no resolvía las deficiencias estructurales de la Comunidad Valencia y repartía el grueso de sus fondos por consejerías, forzó al Gobierno de Zaplana a dar un giro a la estrategia inicial de dispersión de objetivos. El Consell -aconsejado por varios informes, entre ellos el reciente informe Propuestas para la mejora del sistema de transferencia de tecnología al tejido empresarial valenciano editado este verano por Bancaja- ha elaborado una segunda propuesta caracterizada por su 'visión integrada', según se desprende del borrador del nuevo PVID 2001/2006 al que ha tenido acceso EL PAÍS .

Así, el capítulo de objetivos del PVID recoge las sugerencias que en los dos últimos años han aconsejado apostar por un modelo de integración de todos los recursos públicos y privados, y de todo el capital investigador que se realiza en los institutos, centros y universidades. 'El plan propicia una visión integrada de la actuación del Gobierno, coordinada desde la Oficina de Ciencia y Tecnología, que dota de una perspectiva unitaria y global al conjunto de actuaciones llevadas a cabo desde los distintos departamentos de la Generalitat Valenciana', reza el capítulo de los objetivos del plan. Desde esta nueva perspectiva, la Generalitat, y más concretamente la Consejería de Hacienda, trabajan a marchas forzadas para que en los Presupuestos de 2002 quede reflejada esa 'articulación', que se avistó ya con 'la reorganización de las competencias en materia de planificación, programación, coordinación y seguimiento de las actividades de I+D+I a través de la creación de la Oficina de Ciencia y Tecnología' y con el nombramiento en junio de 1999 del economista Javier Quesada como subsecretario de toda el área.

La 'centralización' de competencias de antemano 'el desarrollo de unos Servicios Comunes y Centrales de Investigación y el desarrollo de nuevos Servicios Científicos y Tecnológicos', que permitan unificar toda la información en un edificio, tiene previsto para ambas partidas unos 2.800 millones y 493, respectivamente. La accesibilidad a la información tanto de las diferentes subvenciones nacionales, regionales y europeas, como en materia de desgravación fiscal y de contratación de investigadores de las universidades ha sido, precisamente, uno de los puntos en los que la patronal y las pymes valencianas han hecho más hincapié.

El PVID 2000-2006 pivota, pues, sobre siete grandes ejes, que pretenden básicamente 'incrementar los recursos totales (públicos y privados) destinados a la I+D' con el objetivo excesivamente ambicioso de llegar alcanzar el 2% del PIB, ya que se parte del actual 0,62% y más si se tiene en cuenta que el Consell de Zaplana ha perdido ya media legislatura, entre otras razones, por la 'resistencia' de ciertas consejerías a pagar de su bolsillo los objetivos que le asigne la Generalitat, explica una fuente de las negociaciones.

'Las consejerías de Sanidad e Industria' son, según las mismas fuentes, 'las más reticentes a esta nueva centralidad'. Como ejemplo de ello, mencionan las resistencias de sus responsables a 'perder' la gestión directa de los institutos tecnológicos que dependen del Impiva, organismo que maneja, según las estadísticas, ha movido 7.456 millones en ayudas a empresas sólo en el último año. Otro ejemplo que mencionan es la dispersión de objetivos en el área de Sanidad que se puso de manifiesto con el anuncio en solitario por Serafín Castellano en mayo pasado de un gran centro de investigación en biomédica sin coordinarse previamente con la subsecretaría de Ciencia.

El consejero de Hacienda, Vicente Rambla, trabaja para cuadrar este nuevo modelo que fijará cuotas a las distintas consejerías, que tendrían que gestionar 'con mayor austeridad' sus gastos de funcionamiento.