Diez días de plaza en plaza
Los subsaharianos de Barcelona están dispuestos a aceptar la oferta de la Cruz Roja de alojarse en un centro de Tiana, cerca de la capital, casi dos semanas después de ser desalojados
Muchos rostros de cansancio por tantos días de incertidumbre y escasas muestras de optimismo. En la plaza André Malraux de Barcelona, entre la concurrida estación de autobuses y el turístico Arc de Triomf, los subsaharianos mataban ayer el tiempo jugando al futbol, cortándose el pelo unos a otros, descansando sobre la hierba o escuchando las lecciones de español que un par de voluntarios se ofrecieron a impartirles.
La tranquilidad que se respiraba ayer tarde en la plaza no hubiera permitido adivinar que después de diez días de deambular de plaza en plaza tras ser expulsados del centro de la ciudad, las administraciones habían dejado en sus manos tomar una decisión que, en un plazo máximo de 48 horas, les permitiría dejar de dormir bajo las estrellas para hacerlo bajo techo por primera vez en muchos meses.
Por encargo del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, la Cruz Roja propuso al colectivo una oferta de alojamiento que las administraciones plantean como un utlimátum para reconducir una situación que se les ha escapado de las manos. Son 130 plazas -insuficientes, según los subsahrianos, que suman casi 180- en el albergue de la Conrería, en Tiana (a unos 15 kilómetros de Barcelona), un cobijo que ya había sido rechazado por los inmigrantes la semana pasada.
La nueva oferta incluye, sin embargo, el compromiso por escrito de que las identidades de los subsaharianos no serán facilitadas a terceros, incluída la Policía. Éste era uno de los requisitos que exigieron desde el primer momento los africanos, que temían que la oferta de alojamiento fuera la antesala de su repatriación.
El cobijo ofrecido es para un periodo máximo de tres meses y la Cruz Roja se ha comprometido a facilitar durante este tiempo un sistema de transporte gratuito que llevará a los inmigrantes a Barcelona para que puedan seguir sus clases de castellano o acudir a la Delegación del Gobierno para tramitar sus papeles.
Fuentes de la Cruz Roja admitieron que las 130 plazas son insuficientes para acoger a los subsaharianos, por lo que, conjuntamente con el ayuntamiento y la Generalitat, están estudiando nuevas ubicaciones para alojar al resto de africanos. 'De momento, acogeremos a quienes más lo necesiten', dijo ayer el coordinador autonómico de Cruz Roja, José Manuel Gil. 'Cuando se vea que no es un grupo conflictivo', agregó esperanzado, 'otros centros se ofrecerán a darles alojamiento'.
Una respuesta positiva de los subsaharianos a esta última oferta de alojamiento ayudaría a reconducir la situación. Pero algunos interrogantes quedarán todavía en el aire: ¿Qué sucederá con los cerca de 200 magrebíes que en los últimos días se han sumado al grupo de subsaharianos y comparten con ellos el campamento, aunque al otro lado de la plaza? . ¿Qué pasará con la amenaza de la Delegación del Gobierno de expulsar, en un plazo máximo de un mes, al 80% de los subsaharianos que tienen abiertos expedientes de expulsión? La Cruz Roja asegura que ni dentro ni en los alrededores del albergue de la Conrería se podrá practicar ninguna detención.
Los inmigrantes y la plataforma cívica que les apoya intentarán obtener respuesta a estas preguntas en las reuniones que mantendrán durante el día de hoy y cuyos resultados serán decisivos a la hora de tomar una decisión ante la oferta de la Cruz Roja.
Mientras la decisión se dejaba para hoy, anoche los inmigrantes volvieron a desplegar sus cartones -colchonetas los más privilegiados- en la plaza André Malraux y volvieron a sentir la humedad de la noche sobre sus cuerpos cansados. Quizás algunos de ellos, no todos, podrán experimentar por primera vez en muchos meses qué sensación se tiene al reposar en una confortable cama y bajo techo.
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