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Reportaje:

Santos por el día y no tanto por la noche

San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma compaginan los festejos tradicionales con la 'marcha' nocturna

El olor a bocadillos, entresijos, gallinejas y churros que ha impregnado las calles del centro de Madrid desde el pasado día 4 puede respirarse todavía hoy, cuando concluyen las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de la Paloma. Las calles también están impregnadas del olor que dejan las fiestas nocturnas. Durante estos días, las guirnaldas de colores han adornado las casas y las calles se iluminan cada noche con adornos elaborados con focos multicolores. En los bares, las flores de plástico y de papel que cuelgan de las paredes conviven con los carteles de precios de los minis de cerveza, cañas y calimochos.

'Yo vengo a visitar a la Virgen cuando no hay mucha gente. Paso del barullo. Es una imagen muy querida por el pueblo, pero la costumbre de saludarla se está perdiendo con el tiempo', asegura una vecina mientras espera a que abran las puertas de la iglesia dedicada a esta virgen, en el número 98 de la calle de Toledo. Mantones de papel, con figuras de chulapas, chulapos y flores, cuelgan de un edificio de esa calle, lugar desde el que un grupo de ancianos observa los festejos de la gente.

Las fiestas de la Virgen de la Paloma reúnen habitualmente a gente mayor, 'que baila y escucha la música de antes', comenta un hombre que atiende un puesto de comida. Juan Antonio, que lleva tres años trabajando durante la verbena, afirma que otros años acudían más personas. 'Los que vienen a la iglesia son los mayores; por eso todo es muy tranquilo. Los jóvenes se quedan en las calles, donde hay copas'.

Los festejos organizados por el Ayuntamiento tienen actividades para gente de todas las edades. En la mañana de ayer los pequeños disfrutaron de una chocolatada, y por la tarde participaron en un concurso de juegos infantiles. 'El truco es abrir bien la boca y sumergir la cara hasta el fondo del agua, para poder atrapar la manzana', aconsejaba un señor a un grupo de niños, para añadir después en tono burlesco: 'No pasa nada, sólo alguno que se nos ha ahogado'. Los niños reían. Además de las medallas -que recibieron los tres primeros en culminar la carrera- y los juguetes, la recompensa que más disfrutaron fue el 'chapuzón' que los refrescó durante las últimas horas de calor.

Al caer la noche, la música sonaba en diferentes puntos del casco histórico. Mientras que en la carrera de San Francisco hombres y mujeres bailaban al ritmo del organillo y de los cuplés, en los jardines de las Vistillas la música castiza daba paso al concierto del grupo de pop Cómplices. En estos jardines suelen reunirse los más jóvenes, que durante estas fiestas han bailado, cantado y se han amontonado en las largas colas para comprar más comida y bebida.

Los bares de los alrededores también ofrecen más alcohol y más fiesta. En estos días, los establecimientos hacen turno doble, porque, además de los acontecimientos programados durante el día, cientos de personas acuden por la noche a celebrar a su manera estas tradicionales fiestas agosteñas. Muchos bares suelen aprovechar las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y de la Virgen de la Paloma para sacar barras y terrazas a la calle, y crear así un ambiente paralelo.

Las fiestas de San Lorenzo, celebradas en la calle de Argumosa, son un ejemplo de cómo la tradición se une cada vez más a los gustos modernos. 'A mí me gustan el chotis y los chulapos, pero un rato. La gente también se divierte oyendo salsa y haciendo cosas distintas', afirma Manuel, presidente de la asociación de vecinos La Corrala, que forma parte de la comisión de fiestas. Esta comisión, integrada por hasta nueve asociaciones, organiza las actividades que engloban las fiestas desde que empiezan con San Cayetano, en la plaza de Cabestreros, hasta que acaban en la plaza de las Vistillas, con la Paloma.

Concursos y danza

Que acuda la gente joven durante el día y no sólo a las terrazas por la noche es la intención de los organizadores de estas fiestas. Además de los consabidos concursos de chulapos y chulapas, chotis y mantones, espectáculos de danza colombiana, orquestas latinoamericanas y concursos de imitadores amenizan estos días. 'Siempre discutimos con los de las peñas castizas, porque nosotros queremos introducir cosas nuevas, que diviertan a la gente', advierte Manuel. Jóvenes y no tan jóvenes asistieron con entusiasmo a la competición de chapas, a la carrera de ranas y a la de camareros con bandejas. El peculiar concurso de la guapa con gafas atrajo anoche a muchos madrileños, que aún tenían por delante horas de diversión nocturna.

El último día de fiesta continuará hoy al mediodía con una ofrenda floral a la Virgen y una misa. Como ya es tradicional, los bomberos participarán en la bajada del cuadro en la misma iglesia y posteriormente realizarán maniobras y una exhibición en la Puerta de Toledo. A las 20.00 dará comienzo la procesión, que terminará con unos fuegos artificiales en el parque de la Cornisa a las 0.30. Quienes tengan ganas de bailar al son de la orquesta, podrán elegir entre los diferentes grupos musicales que se presentarán en la carrera de San Francisco, las Vistillas, la plaza de la Paja y la calle de la Paloma.

Un total de 140 operarios y 50 vehículos se dedicarán a limpiar cuando la verbena llegue a su fin, para que las calles del centro recuperen su habitual actividad. Un movimiento que no termina por las noches.

CLAUDIO ALVÁREZ

Día grande en una veintena de pueblos

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