24 miembros de una ONG, amenazados de muerte por los talibán
Ejecutados en Kabul 4 convictos de terrorismo
'Les acusan de distribuir cientos de biblias y literatura cristiana y de intentar persuadir a la gente para que deje el islam y se haga cristiana, no tiene ningún sentido y no es cierto', declaró ayer Esteban Witzemann, director de la ONG Shelter Now International (SNI), en la que trabajan los 24 detenidos. Los 16 afganos, 4 alemanes, 2 australianos y 2 estadounidenses, están acusados de 'propagación del cristianismo', bajo los talibán un delito castigado con la pena capital.
'Se han encontrado en su poder biblias en dari y pastu [los dos principales idiomas del país], lo que prueba que no eran para su uso personal', declaró ayer a la agencia France Presse el viceministro para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, Mohamed Salim Haqani. El martes por la noche, el clérigo había explicado a la prensa las razones de la detención.
'Hemos encontrado más de 6.000 disquetes y CD sobre el cristianismo en los locales de SNI', informó Haqani. Según su relato, los detenidos invitaban a familias afganas y atraían a niños 'distribuyendo programas de radio que propagaban la religión abolida'. El hecho de que esta actividad esté penada con la muerte ha movilizado a la diplomacia internacional. No obstante, la agencia Afghan Islamic Press (AIP) aseguró ayer que 'sólo los ciudadanos afganos pueden ser ejecutados por convertir compatriotas al cristianismo'. Según AIP, 'los extranjeros se arriesgan a penas de entre tres días a un mes de prisión, o a ser expulsados', extremo que no pudo confirmarse en fuentes oficiales.
El viceministro Haqani se negó a precisar la naturaleza del castigo que aguarda a los detenidos, pero aseguró que 'están siendo bien tratados y bien alimentados'. Es la única referencia que se tiene sobre su estado, ya que los talibán han negado el acceso a los detenidos al Comité Internacional de Cruz Roja y la ONU 'hasta que concluya la investigación'. Diplomáticos de Alemania, Australia y Estados Unidos intentan viajar a Afganistán.
La preocupación por la suerte de los 24 humanitarios aumentó con las cuatro ejecuciones, por ahorcamiento, efectuadas a primera hora de la madrugada. Los cadáveres quedaron pendidos de postes durante todo el día de ayer, para servir de escarmiento, en el mismo lugar donde en 1996, cuando entraron en Kabul, los talibán colgaron al ex presidente Najibullah. En el último año sólo se había llevado a cabo una ejecución en la capital afgana, según relató recientemente a EL PAÍS un residente.
Gul Afghan, Eidi Mohamed, Mohamed Tahir y Ebadullah Habibullah fueron enviados al patíbulo por el jeque Omar, máxima autoridad religiosa del movimiento que controla el 90% de Afganistán. Los cuatro hombres formaban parte de un grupo de 13 recientemente detenidos por 'colocar bombas en Kabul siguiendo instrucciones de agentes extranjeros para crear tensión', de acuerdo con Radio Sharia. La emisora oficial de los talibán aseguró al anunciar la condena que todos habían confesado sus delitos. No tuvieron ocasión de recurrir la sentencia, que se ejecutó a las pocas horas de ser pronunciada. Los otros nueve han recibido penas de cadena perpetua.
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