El Gobierno catalán proyecta trasladar deuda a los municipios

Las obras de infraestructura del transporte público se han pagado, hasta ahora, con cargo al convenio de infraestructuras al que el Gobierno catalán aporta dos tercios y el central el resto. La línea 9 no se financia así. En teoría la paga totalmente el Gobierno catalán que se endeuda para pagar los plazos al constructor. Pero los ingenieros financieros del Ejecutivo que preside Jordi Pujol han descubierto un sistema que puede hacer que, en realidad, la línea 9 la acaben pagando los ayuntamientos.

Éstos se hacen cargo del déficit que generan las empresas del transporte, pero no de las inversiones.

Ahora bien, el Gobierno catalán creará una empresa a la que entregará los túneles y las vías. Los operadores (metro en el caso de la línea 9) pagarán un canon por su uso. Y ese canon servirá para pagar las obras. Preguntado sobre si el canon se contará como inversión o como explotación, el portavoz de Política Territorial dijo que no está decidido. Y ésa es la historia: si logra convertirlo en gasto de la empresa pasará a engrosar su déficit, que pagan los ayuntamientos.

Más aún, Boada tiene noticia de que algunos economistas del Gobierno catalán han dado un paso más y han sugerido que la empresa explotadora podría no tener que pagar el canon, bastaría con que, en compensación, se hiciera cargo de los pagos de la deuda del Gobierno catalán por la construcción de la línea.

El diputado de IC-V Joan Boada cree que el sistema tiene dos propósitos: traspasar la deuda de la Generalitat a los ayuntamientos y, de paso, abrir paso para la privatización de las líneas del transporte público. 'El canon sólo sirve para trasladar la deuda al concesionario y, subsidiariamente, a los ayuntamientos', dice Boada.