Alejandro Sanz trae el delirio
Muchos fans, de esos que pasan horas y horas, e incluso días y días, en las puertas de los recintos en los que ofrecen conciertos sus ídolos, se congregarán esta noche en el estadio El Sadar y el próximo domingo en Mendizorroza. Y no lo harán para contemplar sendos partidos de Osasuna y Alavés, sino para dar la bienvenida y celebrar con fervor futbolero cualquier gesto de Alejandro Sanz. Su gira El alma al aire, y el consiguiente delirio adolescente que le acompaña, recala este fin de semana en Pamplona y Vitoria tras haber recorrido diez países americanos.
Al otro lado del Atlántico se ha rodado un montaje que incluye un escenario diseñado por el inglés Mark Fisher, quien ha trabajado previamente para The Rolling Stones y U2, tres pantallas de vídeo, vestuario de Antonio Miró, más de 140.000 vatios de sonido y más de 300.000 de luz. Todo ello para ensalzar el retorno de Sanz a los escenarios tras tres años de ausencia y el repertorio de El alma al aire. Éste séptimo elepé, una colección de canciones con producción de lujo, tratamiento y temática melosa, esencia pop y sutil regusto flamenco, ha cosechado 24 discos de platino en todo el mundo.
Pero incluso la aparentemente intachable trayectoria del artista español de pop más vendedor tiene algún borrón. En su propia página web se indica que la carrera artística del compositor de Corazón partío se inició en 1991 con la publicación de Viviendo deprisa, lo que confirma que repudia un primer disco que publicó con el nombre artístico de Alejandro Magno.
Otra cita musical importante es el 36º Festival de Jazz de San Sebastián, que llega a su final con, entre otros, Las estrellas de la Calle 54. Dicho nombre hace referencia a la película de Fernando Trueba sobre el jazz latino (Calle 54) y encabeza un cartel en el que figuran la banda del octogenario Bebo Valdés, Jerry González y los Piratas Flamencos, y el sexteto comandado por Chano Domínguez. Entre todos llama la atención el caso del padre de Chucho Valdés, considerado creador de la batanga, quien regresó a los escenarios en 1994 animado por Paquito D'Rivera. En parte gracias a él, el piano del cubano sonará esta noche en el escenario instalado en la Plaza de la Trinidad.
Mañana le toca el turno a la propuesta conjunta del saxofonista argentino Gato Barbieri y del trompetista Enrico Rava, cuyo quinteto antecederá en escena a Ray Brown. Este bajista actuará al frente de un cuarteto que se completa con Hank Jones, Alvin Queen y James Morrison y, coincidiendo con su 75 cumpleaños, recibirá el premio Donostiako Jazzaldia en reconocimiento a los méritos acumulados durante su carrera. Finalmente, el domingo cerrarán el Jazzaldia la vocalista Alexis Hightower y el cantante Bobby McFerrin. La voz de este último sonará en la plaza de la Trinidad arropada por teclado, bajo y batería.
Por su parte, Elorrio despide el fin de la cuarta edición del Festival Elorrio Klasikoa. En su marco, se podrá escuchar esta noche los dos violines, la viola y el chelo que empuña el Cuarteto de Cuerdas Arché, cuyos componentes coincidieron anteriormente en la Joven Orquesta Nacional de España. Asimismo, mañana acaparará el protagonismo Les Sacqueboutiers, quinteto francés volcado en la recuperación de metales antiguos y su sonido. Ya el domingo, se bajará el telón de la muestra con la música de Karmina Música Antigua.
En cuanto al teatro, Tanttaka ofrece cinco representaciones de El porqué de las cosas en el Principal de San Sebastián; tres en castellano y dos en euskera (Hor dago koxka). Con dicho montaje, dirigido por Fernando Bernués y centrado en las relaciones afectivas, la compañía escenifica varios relatos cortos del escritor catalán Quim Monzó.
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