Citas para una ecografía

Me encuentro abatido como si me hubiesen acabado de robar la cartera, aunque sin ánimo de exagerar pienso que lo que me está sucediendo, y no creo ser la excepción a la regla, es mucho peor que ser víctima de un hábil carterista. El 9 de mayo fui al médico de cabecera cuando ciertas molestias pasaron de excepcionales a permanentes; me envió al especialista, que el día 16 tras examinarme concienzudamente ordenó se me hiciesen análisis. Se me tomaron muestras el día 31 y los resultados los examina el especialista el 12 de junio y a la vista de ellos, estimó que era razonable que se me hiciese una ecografía.

Se me cita para ello el 3 de julio en el ambulatorio de Juan Llorens, y cuando acudo a la hora que tengo reservada y tras dejar pasar un rato prudencial sin que haya nadie en el mostrador donde hay un cartel que dice ecografías, me dirijo a una enfermera que me dice que a ella no le corresponde y me pone en contacto con otra que pasaba por allí. Le explico a qué voy y esta segunda enfermera con educación pero con firmeza, me regaña porque el día anterior no estaba en casa cuando llamaron para anular la cita porque la doctora se había indispuesto y no se podían hacer las ecografías programadas. ¡Qué de cosas hay que facilitarle a los funcionarios y asimilados! Me pregunta que si tengo inconveniente en desplazarme al ambulatorio de Aldaia, le digo que ninguno y entonces me da cita para el 18 de julio. Pienso que tampoco es tan lejano y, además, el especialista que me está tratando (?) en junio ya me dijeron que hasta septiembre no volvería a pasar consulta y creo que mi caso ni reviste gravedad ni es urgente. El 10 de julio, me encontraba casualmente en casa y a las 13 horas suena el teléfono y desde el ambulatorio de Aldaia me dicen que el doctor se ha puesto enfermo (sic) y no se me podrá hacer la ecografía programada para el 18. Esto es previsión de futuro y lo demás tonterías. Se me cita nuevamente para el 20 de julio. Quien sabe qué sucederá de aquí a entonces, me corroe la intriga.

De todo esto, uno saca la conclusión de que Sanidad tiene en plantilla los radiólogos especialistas en ecografía más flojos del mundo, enferman todos. También es evidente que usted, señor consejero, y su equipo, gestionan poco y mal.- Julio Casanova. Valencia.