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Reuniones semanales para pactar posiciones comunes

Carlos Yárnoz

Rara es la semana que no hay algún contacto entre ministros del mismo ramo de Alemania y Francia con agendas de trabajo muy concretas para fijar posiciones comunes. Mensualmente, también lo hacen los titulares de Exteriores y, cada mes y medio, como es tradicional desde hace años, lo hacen los dos jefes de Estado acompañados de sus jefes de Gobierno. En los días anteriores a las cumbres de Estocolmo y Gotemburgo, tanto el presidente francés, Jacques Chirac, como el canciller alemán, Gerhard Schröder, dejaron claro que acudirían a esas reuniones con posturas comunes para evitar nuevos desencuentros.

En sus mentes han quedado seguramente como malos recuerdos que no pueden repetirse las tensiones del segundo semestre del año pasado, que culminaron con el enfrentamiento sufrido en la cumbre de Niza, donde Alemania se situó como ganador neto en la pugna por el reparto de poder en la UE.

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La alianza pareció resquebrajarse algo cuando el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) de Schröder y el primer ministro francés, Lionel Jospin, difundieron hace varias semanas sus discrepantes teorías sobre cómo debe ser la UE del futuro. Ambos se han encargado después de limar asperezas y de asegurar que tampoco son tan profundas sus diferencias. Incluso Schröder se ha desmarcado en parte de las posiciones de su partido más molestas para París.

Las reacciones de defensa en otros países de la UE empiezan a configurarse en las últimas semanas. La reciente visita del presidente de EE UU, George W. Bush, a Europa ha servido para escenificar un posible frente ante la alianza: Reino Unido, España e Italia, los más comprensivos con las tesis norteamericanas, aproximan posiciones defensivas ante París y Berlín.

La alianza, de otro lado, ha comenzado a actuar en uno de los momentos en que más necesario puede ser el directorio: con el debate abierto sobre el futuro de Europa, ante el reto de la gran ampliación de la UE al Este -que reforzará el papel de Alemania- y en plena crisis de liderazgo y proyectos en la Unión.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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