ETA asesina a un policía en Madrid en la víspera de la investidura de Ibarretxe

El coche bomba, cargado con más de 30 kilos de explosivo según las primeras estimaciones de los técnicos policiales, había sido colocado por el comando Madrid de ETA ante el edificio de Justicia, un inmueble con videovigilancia expropiado a Rumasa y encastrado en el eje del barrio de Aluche donde se unen una promoción de viviendas protegidas, una colonia de taxistas y la popular barriada Santa Gema.

Según fuentes policiales, los funcionarios de policía y bomberos que recibieron la llamada de aviso sobre las 20.00 identificaron la voz como la del mismo etarra que en dos anteriores ocasiones anunció la inminente explosión de una bomba en la capital. El agente fallecido, destinado en la comisaría de Latina desde enero pasado, empezó a montar los primeros cordones y a desalojar a las personas que transitaban por la zona e incluso a las limpiadoras que aún trabajaban en el edificio de Justicia, sito en el número 155 de la calle de Ocaña.

“Estábamos limpiando y unos 15 minutos antes de que explotara vimos venir muchos policías a pecho descubierto que empezaron a sacarnos de la zona y a decirnos que había una amenaza de bomba. Incluso los vimos revisando coches en los alrededores. Cuando no habían pasado ni 10 minutos desde que salimos del edificio, explotó la bomba y sólo pude ver el humo a mis espaldas”, aseguró una limpiadora de la empresa Net y Bien.

La explosión sorprendió al policía posiblemente durante la confusión generada por la presencia en la misma calle de dos coches robados: el que finalmente estalló y un Daewo de color verde sustraído en noviembre. El estallido del coche provocó, además de la muerte del agente, heridas leves a 13 personas, de las cuales cuatro fueron trasladadas al hospital Clínico. También afectó a ocho bloques de la propia calle de Ocaña, muy cercana a la boca de Metro de Campamento y al Hospital Militar Gómez Ulla. “Las casas de las plantas bajas de la calle son las más afectadas y dudamos mucho de que la gente pueda volver a ellas en breve tiempo”, indicó un portavoz de los bomberos.

La bomba estaba montada sobre un Peugeot 205 rojo, que había sido robado el pasado mes de marzo en el barrio de Moratalaz, al igual que el vehículo que ETA hizo estallar en la calle de Goya el pasado 11 de mayo, y el utilizado en la huida tras el atentado de hace 12 días contra el general Justo Oreja, quien sigue ingresado en estado grave en el hospital de La Paz.

De los 13 heridos cuatro fueron trasladados al hospital Clínico: un matrimonio formado por una mujer de 58 años, A. R. G., y su marido, de 63, S. R. R; además de otras dos mujeres, V.C.M, de 62, y N.S.G., de 83 años. El resto fueron dados de alta en el hospital de campaña que montó el SAMUR.

El agente asesinado, la víctima mortal número 32 de ETA desde que acabó la tregua terrorista y la novena en lo que va de año, estaba casado y era padre de un bebé de 17 meses. Nació el 22 de noviembre de 1967 en San Martín de Valdeiglesias (Madrid), donde residía, informa Francisco Javier Barroso.

El atentado ha sido perpetrado horas antes de que comience la investidura como lehendakari de Juan José Ibarreche. Los dos anteriores atentados en Madrid también fueron perpetrados en fechas elegidas. El del coche bomba que estalló en la calle de Goya el 11 de mayo se produjo en la víspera de las elecciones vascas, mientras que el que dejó malherido al general Justo Oreja fue cometido al día siguiente de acabar el debate sobre el estado de la nación.