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Columna
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Incansable y generoso

Joan-Josep Tharrats era uno de los más polifacéticos artistas catalanes. Desde muy joven se interesó por los más diversos temas culturales existentes y eso le condujo muy pronto a escribir no pocos textos que versaban tanto sobre cuestiones artísticas plásticas como sobre cine, literatura o música. Su constante inquietud fue la que desencadenó el interés por llegar a ser uno de los miembros fundadores del famoso grupo Dau al Set. Muchas veces se ha puesto de relieve que sin la capacidad organizativa de Tharrats la revista Dau al Set muy probablemente no hubiera visto nunca la luz. Lo cierto es que gracias a que Tharrats poseía una pequeña máquina de imprimir Boston pudieron realizarse los primeros números de dicha revista. Con el transcurso del tiempo se ha podido comprobar la trascendencia de esa tarea, así como sus importantes repercusiones.

Tharrats era incansable. No le bastaba con coordinar los números de Dau al Set, sino que, al mismo tiempo, desarrollaba su tarea pictórica y escribía, en 1950, textos tan interesantes como el pequeño libro de carácter surreal Tàpies o el Dau Modern de Versalles. En 1954 descubrió la técnica de la maculatura, similar a la del grabado, pero sin emplear medios mecánicos. Su pintura dejó entonces de ser esquemática y con ciertas reminiscencias figurativas para convertirse en un lenguaje abstracto cada vez más complejo, tanto desde el punto de vista compositivo como de las calidades texturales o de la gama cromática empleada. Desbordando la herencia de Klee y Kandinsky, Tharrats llegó a configurar un mundo pictórico sumamente personal en el que la otredad informal adquiere un carácter peculiar que llega a entroncar con determinadas configuraciones gaudinianas. La labor artística de Tharrats fue afianzándose no sólo en el campo de la pintura, sino también en el del grabado, el mosaico, la cerámica, el diseño de joyas e incluso el de los decorados teatrales. El inmenso interés que suscitaban en él temas nuevos como por ejemplo la investigación espacial y los viajes a la Luna fueron, sin duda, elementos que también repercutieron en su concepción pictórica. Colaborador asiduo de revistas importantes como La Estafeta Literaria, Cuadernos Hispanoamericanos, Destino, Inquietud de Vic, Riutort de Sabadell e incluso Art International de Lausana, Tharrats escribió numerosos artículos sobre arte contemporáneo, vertiendo así sus opiniones acerca de otros artistas y analizando movimientos artísticos, tanto europeos como americanos.

Es importante además señalar que Tharrats deseó siempre dejar constancia en sus textos del interés del arte catalán. Así, por ejemplo, los libros Picasso i els artistes catalans en el ballet y Cent anys de pintura a Cadaqués pueden considerarse fruto de una verdadera investigación por parte del autor y, por otro lado, poseen la finalidad de dar a conocer tanto a ciertos artistas como sus manifestaciones. Lo cierto es que, evaluando en conjunto la obra de Joan-Josep Tharrats, se llega a la conclusión de que ésta se halla en perfecta consonancia con la inmensa generosidad de la persona.

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