La justicia estadounidense anula la sentencia que obligó a Microsoft a dividirse en dos
Gates está dispuesto a negociar tras ganar una importante batalla por sus prácticas monopolísticas
La justicia estadounidense anula la sentencia que obligó a Microsoft a dividirse en dos Gates está dispuesto a negociar tras ganar una importante batalla por sus prácticas monopolísticas
La nulidad de la segregación de Microsoft fue toda una inyección de adrenalina para Wall Street, que reaccionó con vigorosas subidas de los índices Dow Jones (1,26%) y Nasdaq (2,44%). La inmediata subida de las acciones de Microsoft (un 5,43%, hasta 75 dólares) duró poco, puesto que los responsables del mercado bursátil neoyorquino suspendieron de inmediato las cotizaciones de esta empresa. El año pasado, por contra, Microsoft perdió 34 billones de pesetas en sólo dos meses en Bolsa por sus problemas judiciales.
Bill Gates, fundador y presidente de Microsoft, aseguró ayer que su compañía está dispuesta a sentarse con el gobierno estadounidense para cerrar definitivamente este caso, informa Patricia Fernández de Lis. En una teleconferencia celebrada en la sede de Microsoft en Redomond (cerca de Seattle), Gates no quiso comentar ni "hacer predicciones" sobre si la nueva Administración republicana estará más dispuesta que la anterior a llegar a un acuerdo con Microsoft para cerrar este caso, pero sí aseguró que la decisión de ayer "ha producido un nuevo marco" para la negociación, a la que Microsoft "siempre ha estado abierta".
Gates destacó también que, en todo caso, éste no es el final de este asunto, aunque aseguró que se siente "emocionado" porque la decisión destaca "claramente que Microsoft no trató de monopolizar el mercado de los navegadores de Internet". "Han sido cuatro años", explicó, "muy duros para esta compañía en general, y para mí personalmente", dijo Gates, "pero debo agradecer su confianza a todos los que nos apoyaron".
Prejuicios personales
El caso Microsoft, la mayor demanda por monopolio en EEUU desde que en los ochenta fuera dividida la compañía telefónica ATT, se inició en mayo de 1998, cuando el Gobierno de Clinton demandó a la firma de Gates. El desencadenante fue la voluntad de Microsoft de hundir a su competidor Netscape regalando su programa Explorer.
Sin negarle a Microsoft un comportamiento monopolístico, el Tribunal de Apelaciones fue muy duro sobre la "apariencia de parcialidad" del juez Jackson contra el fabricante del sistema operativo Windows y otros programas informáticos. Por unanimidad de sus siete miembros, el Tribunal declaró nulo el veredicto de segregación dictado hace un año por Jackson, a petición del Departamento de Justicia del Gobierno de EEUU, la parte demandante en este caso.
El Tribunal decidió enviar el caso Microsoft a otro juez para que buscase remedios menos drásticos. No obstante, el órgano judicial coincidió con Jackson en que la empresa violó las leyes antimonopolio de EEUU con sus prácticas para excluir a la competencia del mercado de sistemas operativos para ordenadores personales.
El departamento de Justicia, cuya demanda apoyan 19 Estados norteamericanos y la ciudad de Washington, no quiso anticipar sus reacciones legales a la decisión del tribunal, pero los medios políticos y financieros de EEUU saben que, bajo la presidencia de George Bush, el Gobierno está mucho menos comprometido que con Clinton en el combate contra la firma de Gates. En el Congreso se alzaron voces pidiendo el fin del pleito. "El Gobierno debe negociar con Microsoft", declaró Patty Murray, senadora demócrata por el Estado de Washington, donde está radicada la empresa de Gates.
La sentencia despeja el camino a un acuerdo extrajudicial, que convertiría en historia la segregación del fabricante de Windows y se centraría en medidas menos expeditivas.

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