Sanciones en Cruces

La noticia de la sanción impuesta a dos de los mejores médicos del Hospital de Cruces causa sonrojo. ¿Que pensarán la mayoría de los lectores, que no conocen a estos dos prestigiosos profesionales? Se les apercibe por desobedecer una orden que prohíbe el cambio de sexo. Y los hechos atribuídos consisten en la extirpación e implantación de mamas. ¿Pueden considerarse tales operaciones, que para nada alteran los órganos genitales, como cambio de sexo? En ese caso tambien lo sería afeitarse el bigote. Es verdaderamente ridículo. Por otro lado, el verdadero cambio de sexo, como lo ha diagnosticado el psiquiatra, estaba ya consolidado en las mentes de los sujetos cuando se sometieron a la intervención.

A partir de ahora figurará en los expedientes de estos médicos un apercibimiento por desobedecer órdenes claras y precisas. Habría que preguntarse qué mas cosas figuran en sus expedientes. ¿Figuran todas aquellas circunstancias meritorias que han sido una constante en su vida profesional y que conocemos bien sus compañeros? Su dedicación intensa al trabajo y a sus pacientes, muy por encima de lo que les exigen sus contratos, sus éxitos profesionales, sus valiosas colaboraciones con el Sistema de Salud y el Departamento de Sanidad, sus valiosas investigaciones, etc. En sus expedientes no figura nada de eso, a pesar de que han pasado 70 años desde que Kut Lewin pusiera en evidencia los estragos que causa en la empresa el talante autocrático y el liderazgo despótico que ignora los beneficios de otras actitudes muy distintas, como los reconocimientos expresos a los empleados que hacen bien su trabajo, los incentivos, las recompensas, la participación, la promoción de todos los empleados, en lugar de limitarse a los apercibimientos y las sanciones. La cuestión es peor que un simple estilo autocrático que no parece tener en cuenta a los individuos. Porque tal actitud no es la misma para todos los empleados. Además de autoritario es discriminatorio, porque tampoco se dan los mismos apercibimientos ante escandalosas actitudes de algunas personas que ni siquiera cumplen el horario para justificar sus salarios o quienes dedican recursos que el contribuyente pone en sus manos para beneficio personal.

Ya que la Administración solo se ocupa de castigar, otras personas tendremos que proclamar la injusticia que se comete sancionando a quienes habría que premiar. Lo que no figura en el expediente de esas personas que conocemos es, en primer lugar, la legión de pacientes, familiares y usuarios que se han beneficiado de su nivel profesional y humano, así como sus compañeros de trabajo y de profesión. Aunque Javier Gabilondo y Jose Antonio Vazquez ya saben que estamos todos con ellos, no está de mas que lo expresemos públicamente, para aclaración de quienes no tienen la fortuna de conocerles.