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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Interinos nómadas

Nos acercamos al final de otro curso académico en el que se repiten una serie de hechos que afectan a diferentes grupos de los que conforman el amplio abanico del mundo educativo: alumnos, profesores, familias, APAs, Consejos Escolares, Universidad, Secundaria y Primaria, etcétera.

Uno de estos grupos es el del sufrido y no suficientemente bien ponderado colectivo de Profesores Interinos de la Enseñanza Pública. He convivido con muchos interinos en diferentes institutos. Vaya por delante mi reconocimiento a su trabajo. Es por eso que conozco bien, sobre todo llegadas estas fechas, la incertidumbre a la que se ven sometidos.

En efecto, estos profesores se ven obligados a consultar en las delegaciones enormes listas, y pedir destino de acuerdo a su posición para ver adónde les manda el azar. Muchos tienen familia, que deben llevar con ellos en su nomadismo, o vivir separados durante continuos y diferentes periodos de tiempo.

Y se les dice por algún sector de la sociedad: 'que se presenten a las oposiciones...'. Claro que sí. Ya lo hacen, cuando se convocan con cifras tan elocuentes como 25 plazas de tal asignatura para 400 aspirantes, con el 'exceso' de tiempo libre que tienen para empollar montones de temas mientras atraviesan los desiertos andaluces montados en sus camellos... Ah!, y además se les pide que apechen con el horario y asignaturas que quedan en los centros a los que van, ya que para eso llegan los últimos. Y estamos hablando de profesores interinos que han logrado hacer alguna sustitución, u ocupar una plaza aún no cubierta por un funcionario. No hablemos de los centenares o miles que se inscribieron en sus respectivas delegaciones recién terminada la carrera a la espera de que les llamen, aunque sea para unas semanas de sustitución, en donde sea.

Sin embargo, estos profesores interinos tienen unos compañeros que no parecen tener los mismos problemas que ellos. Al menos no el de viajantes por toda la geografía andaluza. Son los profesores de la Enseñanza Privada Concertada. Estos profesores parece que, al llegar el final de cada curso, sólo tienen que preocuparse de sus próximas vacaciones, puesto que, salvo contadas excepciones, saben que volverán en septiembre al mismo centro en el que estaban. Tampoco tienen que preparar oposiciones, ni preocuparse de largas listas en las delegaciones. Y en cuanto a acceder a una plaza en el colegio respectivo, basta, en muchos casos, con tener un padre, padrino, o suegro bien 'colocado'.

En fin, señores, recordemos que la enseñanza privada concertada también la pagamos todos.

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