La central de Amorebieta ya sólo depende de los permisos del Ayuntamiento
La central energética de Amorebieta, promovida por la empresa pública irlandesa ESB, ya está pendiente sólo de los permisos municipales para el comienzo de su construcción. El Ministerio de Economía ha otorgado a la planta la autorización administrativa, el último requisito previo a las licencias de actividad y obras que debe conceder el ayuntamiento.
Este permiso se une a la declaración de impacto ambiental favorable y al informe positivo de la Comisión Nacional de Energía, logrados en los últimos meses. A juicio de la empresa promotora, estos dos informes, junto a otros estudios realizados, dejan patente 'que no existe un solo argumento técnico, medioambiental, normativo o legal de oposición a este proyecto'. Bizkaia Energía, la sociedad creada para impulsar la central de ciclo combinado, recalcó que la de Boroa es el proyecto 'más importante en inversión extranjera que se realiza en la comunidad' (65.000 millones de pesetas).
Su impulso ha estado rodeado por la polémica desde hace más de un año, cuando se formó una plataforma ciudadana, Zornotza Bizirik, que se opone a la construcción de la planta. Este colectivo ha protagonizado ya cuatro manifestaciones y en tres de ellas han asistido entre 7.000 y 8.000 personas, casi la mitad del censo actual de Amorebieta. Estas protestas han estado respaldadas por todos los partidos municipales salvo el PNV, que gobierna en el consistorio. Sin embargo, la junta municipal peneuvista votó en contra de la planta el pasado 6 de junio, después de que los máximos dirigentes del partido -Xabier Arzalluz, el presidente vizcaíno Iñigo Urkullu y el diputado foral de Presidencia, José Luis Bilbao- expusiesen ante los militantes de Amorebieta la necesidad de apoyar esta infraestructura.
El consejero de Industria, Josu Jon Imaz, dijo ayer que la instalación de la planta queda ya en manos del Consistorio y dijo que la 'energía térmica obtenida con ciclo combinado es una de las que producen un menor impacto ambiental', informa Efe. La central de ESB tendrá una potencia de 800 megavatios, dará empleo a 50 personas y generará otros 500 puestos de trabajo. Los promotores, que esperan una facturación anual de 38.000 millones, esperan empezar las obras en 2002 y tenerla operativa en 2004.
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