El malestar social acentúa la crisis de Argentina
El clima de tensión no cedió un ápice en la provincia norteña de Salta (Argentina), donde ayer fueron enterrados los dos civiles muertos el pasado domingo durante los confusos y violentos enfrentamientos entre obreros y agentes de seguridad que también provocaron 30 heridos entre civiles y policías. Las protestas estallaron por el enrarecido clima social, los bajos salarios, y las malas condiciones laborales.
Después de la violencia vivida durante el fin de semana, la villa de General Mosconi se unió para sepultar a los dos fallecidos cuando efectivos de la Gendarmería (policía de frontera) intentaban despejar la carretera que une a Argentina con Bolivia, que ya lleva bloqueada 19 días por obreros que exigen un aumento de sus salarios.
Después del entierro, varios manifestantes regresaron a la ruta nacional 34 para reanudar el corte, lo que fue respondido con un operativo policial en el que resultó herido un obrero. El Gobierno argentino reiteró que los disparos que mataron a los civiles provenieron de francotiradores que estaban escondidos en una zona montañosa adyacente a la ruta bloqueada.
La justicia de Salta intenta identificar a estos francotiradores y si las armas de fuego que portaban fueron robadas en asaltos a comisarías durante otras protestas ocurridas el año pasado en esa provincia . El secretario de Seguridad de Argentina, Enrique Mathov, indicó ayer en Buenos Aires que los agresores forman parte de un grupo que aprovecha el 'panorama de necesidad de la gente'.
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