Ibarretxe pide respeto al deseo de los vecinos de Treviño de unirse a Euskadi

El Araba Euskaraz, la fiesta del euskera en Álava, que este año fue organizada por primera vez en Treviño, concentró a 70.000 personas en la pequeña localidad de Lapuebla de Arganzón, casi el doble de lo previsto, según la organización. La polémica que le había precedido no afectó a la participación, y la gran mayoría de los asistentes recorrieron los 5,5 kilómetros a pie del circuito, en solidaridad con el euskera y muchos aportaron fondos para ayudar a la construcción de una guardería bilingüe en la localidad burgalesa, que con el tiempo se convertirá en ikastola.

El lehendakari puso la primera piedra del centro, apenas hora y media después de inaugurar el circuito que él mismo recorrió, y de hacer unas declaraciones en las que pidió respeto para la voluntad del pueblo de Treviño. En su opinión la presencia de las autoridades burgalesas y de Castilla y León hubiera sido buena. 'Más allá de lo que pensemos el lehendakari o el presidente de Castilla y León estoy absolutamente convencido de que Treviño será siempre lo que quieran ser los treviñeses', aseguró. Tras explicar que no quería seguir polemizando sobre este asunto subrayó que su presencia tenía como único objetivo apoyar el euskera, sin plantear 'ninguna reivindicación política'.

Negociaciones paradas

La visita de Ibarretxe había sido duramente criticada por el presidente del Ejecutivo de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien sugirió que su presencia en el condado rompería el respeto institucional que debe presidir las buenas relaciones entre comunidades. Sin embargo, desde el País Vasco se acusa precisamente a las autoridades de Castilla y León de paralizar la comisión Euskadi -Castilla, creada en enero de 1997 por una resolución del Senado y cuyo objetivo es buscar una solución al conflicto. La mayoría de los vecinos de los pueblos de Treviño se empadronan en Vitoria para tener acceso a la educación de sus hijos, servicios sociales y sanitarios, ya que les queda mucho más cerca que Burgos. En marzo de 1998 los treviñeses votaron en un referéndum vetado por Castilla-León iniciar el proceso de segregación de Burgos e incorporación a Álava.

Sin embargo, desde diciembre de 1999 la comisión intercomunitaria no se ha reunido. Castilla ha aplazado dos reuniones consecutivas para resolver un litigio que reconocieron como de 'carácter político'.