El presidente de Castilla y León acusa de ambición territorial al PNV

La presencia del lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, en la celebración del Araba Euskaraz o Día de las Ikastolas, que por primera vez en la historia se celebró ayer en el condado burgalés de Treviño, ha generado una fuerte polémica política. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, dijo que las declaraciones de Ibarretxe y otros políticos vascos en defensa del euskera 'han sido una excusa para reactivar un objetivo territorial, una estrategia de hechos consumados al margen del marco constitucional y democrático'.

Para Herrera, la presencia del lehendakari, 'desoyendo la advertencia, cortés pero firme, del Gobierno de Castilla y León supone una falta de respeto a nuestra comunidad y a todos los castellanos leoneses, y un error político que enrarece las relaciones entre las dos comunidades'. A pesar de ello, declaró que este hecho 'no supondrá la ruptura' de la comisión mixta formada por la Junta que él preside, el Gobierno vasco y las Diputaciones de Burgos y Álava, para mejorar los servicios a los habitantes del enclave.

El alcalde de Lapuebla de Arganzón, Alfredo Oraá, que encabeza un grupo municipal independiente formado por partidarios de la anexión de Treviño a Álava, se mostró muy molesto con las críticas de Herrera, al que acusó de actitudes 'neofeudales'. Sus declaraciones, dijo, 'son una muestra más de caciquismo y de actitudes antidemocráticas'. El secretario general de EA, Gorka Knörr, acusó al PP de 'seguir en campaña electoral' y de 'no respetar la democracia'.

Varios dirigentes del PSE-EE, encabezados por su secretario general, Nicolás Redondo Terreros, acusaron a Ibarretxe de 'grosería', 'falta de prudencia' y 'carencia de diplomacia política', lo que ha hecho que se vea su presencia en Treviño 'como una injerencia'. 'Hay que trocar esa impresión en una relación de solidaridad', dijo Redondo.