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Por la senda de Suráfrica

Kenia se convirtió ayer en el segundo país africano en aprobar un proyecto de ley que permite, en conformidad con las disposiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), buscar medicamentos más baratos que los patentados por las multinacionales. Kenia sigue por tanto la senda abierta por Suráfrica, cuya ley de 1997 fue bloqueada por la industria farmacéutica mundial, que finalmente tuvo que retirar la demanda en abril pasado ante la gran campaña de ONG internacionales y locales.

El proyecto de ley de Kenia se ampara en los denominados acuerdos TRIPS de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que amparan las importaciones paralelas que permiten a un Gobierno comprar un fármaco en otro país donde el dueño de la patente lo venda más barato, así como la licencia obligatoria en circunstancias de emergencia, que autoriza a un laboratorio local a fabricar o comercializar un genérico aunque la patente no haya aún expirado (el plazo de la patente es de 20 años). El cóctel de antirretrovirales cuesta en Kenia entre 500 y 1.000 pesetas al día, un precio 'inasequible para la inmensa mayoría', dijo ayer Sam Ongeri, ministro de Sanidad. 'Si el Gobierno decidiera asumir el coste de los fármacos convencionales, tendría que gastar 34.000 millones de pesetas, y el presupuesto de mi ministerio no llega a los 25.000 millones'.

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Tras la votación de ayer, el proyecto de ley debe ser examinado en comisiones parlamentarias que revisarán los aspectos técnicos, y después se someterá al voto final. 'Cuanto antes se apruebe, mejor para las personas que sufren', dijo ayer el ministro de Industria, Nicholas Biwott, que precisó que el proyecto 'está conforme a las prácticas internacionales y de acuerdo con la OMC'.

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