Ibarrola instalará una obra con traviesas en el corazón del Ruhr
Gérard Mortier, director del Festival de Salzburgo hasta el próximo 31 de agosto y responsable artístico de un programa de reconversión cultural de la cuenca del Ruhr (Alemania) hasta finales de 2005, ha solicitado a Agustín Ibarrola un proyecto para colocar una de las obras en las que utiliza traviesas de ferrocarril en lo alto de la colina de carbón Prosper Haniel, mirador privilegiado de una zona industrial que se extiende a lo largo de 60 kilómetros entre Duisburg y Dortmund. En la colina, situada a pocos kilómetros de poblaciones como Essen y Gelsenkirchen, ya no se extrae carbón pues el que queda se encuentra a 1.000 metros de profundidad.
Al socaire de la cima de la colina, en una especie de cráter, se encuentra un teatro al aire libre en el que Mortier piensa programar espectáculos de corte intimista. Las traviesas de Ibarrola, colocadas en un semicírculo de unos 100 metros recortándose sobre el horizonte, servirían de fondo a esas manifestaciones artísticas. El encargo se enmarca en un plan de propuestas plásticas simbólicas a lo largo de la cuenca industrial, que también contempla un monolito de Richard Serra en acero corten y una instalación de Bill Viola en el gasómetro de Oberhausen.
Ibarrola visitó esta montaña mágica del carbón el pasado fin de semana, con el doctor Roters, director de Patrimonio del Ruhr, Gérard Mortier y Sabine Krüger, representante del departamento de Cultura. El artista vasco se comprometió a entregar el proyecto antes de concluir noviembre de este año. Su ejecución está prevista entre junio y julio de 2002, y la inauguración, durante el mes de septiembre del mismo año.
Mortier, que conoce el bosque pintado por Ibarrola en Oma (Vizcaya) y el espacio escultórico de Allariz (Orense), pensó en la complementariedad de los paisajes del Ruhr con los materiales y temas que suele utilizar el artista, y especialmente en el carácter totémico-industrial de las traviesas.
