Barcelona llama a instituciones y editores a que aporten nuevas ideas
El mundo editorial reconoce la obsolescencia de la Feria catalana
El modelo vigente de la Feria del Libro de Barcelona no gusta a nadie y se quiere impulsar un proceso de cambios que requerirá una mayor vinculación de las instituciones y de las editoriales, grandes y pequeñas, según Jordi Úbeda.
La Feria del Libro, que permanecerá abierta hasta el 17 de junio, está organizada por la Cámara del Libro de Cataluña con la colaboración del Gremio de Editores, la Asociación de Editores en Lengua Catalana y el Gremio de Distribuidores. Tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat participan en su organización y ayer, tanto el alcalde accidental, Xavier Casas, como el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, se comprometieron ayer a implicarse en un proceso de reconversión que quiere convertir la Feria en una 'fiesta ciudadana con muchas actividades culturales'.
Las 96 casetas se extienden por las dos aceras de la arteria barcelonesa, desde la plaza de Cataluña y la calle de València. En ellas se pueden encontrar libros de narrativa -sobre todo novedades y bolsillo-, ensayo, infantiles, cómics y muchísimas enciclopedias. Desde la pasada edición, el Gremio de Libreros ha declinado participar por no compartir un modelo poco atractivo para la ciudadanía al contar con pocas actividades y la escasa o nula presencia de autores. A pesar de ello, algunas librerías han instalado sus casetas a título individual.
Conocer y pasear
El acto de inauguración, celebrado en La Pedrera, tuvo como invitada a la escritora mallorquina Maria de la Pau Janer. La autora de novelas como Lola leyó un pregón en el que defendió la lectura como 'forma de vivir muchas vidas cuando sólo tenemos una' y calificó el acto de leer como de 'contradictorio': 'Cuando lees abandonas el mundo real, pero para conocer nuevas realidades', afirmó Janer. Y animó a los barceloneses a pasear por la feria.
El primero en hacerle caso fue Iñaki Urdangarín, quien en el trayecto que realizó después junto a la infanta Cristina por las casetas se hizo con un ejemplar de la traducción castellana de Eres mi vida, eres mi muerte, la última novela de la escritora. No fue el único libro que compraron los duques de Palma de Mallorca. Entre los muchos títulos que se llevaron están Soldados de Salamina, de Javier Cercas; Ébano, del periodista Ryszard Kapuscinski; Afganistán, el grito silenciado, de Ana Tortajada; un libro juvenil titulado El diario de una princesa, de Meg Cabot; Instinto de Inez, de Carlos Fuentes; La chica del trombón y La boda del poeta, de Antonio Skármeta, y libros del personaje infantil Teo para sus hijos. Éstos últimos en catalán. Xavier Casas les obsequió con un ejemplar de La felicitat, de Lluís-Anton Baulenas, una novela sobre la apertura de la Via Laietana de Barcelona.
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