El IPC echa humo

Los sindicatos echan humo con la propuesta de la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, de sacar el tabaco del IPC (índice de precios al consumo). 'Es una ocurrencia improcedente. Impediría medir bien los precios', apuntan en CC OO. 'Sería una forma de maquillar la realidad y de castigar el bolsillo de los consumidores sin que se refleje en la inflación', aseguran en UGT. De cada 100 pesetas que gastan los españoles en la cesta de la compra 2,3 son para tabaco (una cantidad similar dedican a la ropa).

La iniciativa de Villalobos pretende elevar el precio de los cigarrillos (para desincentivar el consumo) sin que ello repercuta en la estadística de precios. La propuesta, que anteayer contó con respaldo en la Comisión Europea, consiste en la retirada de las cajetillas del IPC armonizado que rige en la UE. Este índice coincide, décima arriba o abajo, con el IPC nacional, explican en el Instituto Nacional de Estadística. Este parámetro sirve de referencia para fijar las subidas salariales o de las pensiones.

'Sacar el tabaco del IPC es como sacar la carne de vacuno porque hay vacas locas. El índice debe medir los consumos reales y la gente no va a dejar de fumar porque el tabaco salga del índice', sostiene Carlos Martín, economista del gabinete técnico de CC OO. 'Sería un índice menos veraz y dificultaría la actuación de los agentes sociales, por ejemplo, a la hora de negociar convenios. Además, atenuaría la inflación de una manera irreal', sentencia Martín.