Sharon fuerza a Arafat a declarar un alto el fuego total e inmediato
El Gobierno israelí responsabiliza al líder palestino del atentado de Tel Aviv y le da un ultimátum de horas
Yasir Arafat decretó ayer noche un alto el fuego incondicional e inmediato. El presidente palestino lograba de esta manera, y en un ultimo minuto, frenar las represalias del Ejército israelí por el atentado que un radical islámico había perpetrado el día anterior contra una discoteca de Tel Aviv en el que murieron 19 personas y cerca de un centenar resultaron heridas. Poco antes, Ariel Sharon había dado un plazo de menos de 24 horas a Yasir Arafat para que pusiera fin a la violencia. El ultimátum del Gabinete israelí estuvo acompañado de una nota firme y contundente en la que se acusaba a la Autoridad Palestina y a Arafat de estar "implicados en el terrorismo, fomentarlo e incitar al odio y a la violencia". El texto daba por entendido que si no se cumplía el últimátum, el Gobierno israelí iba a desencadenar una nueva ofensiva bélica,
Arafat impartió la consigna por escrito a todas las fuerzas de seguridad para que "respeten de manera inmediata" y "hagan respetar" un alto el fuego contra los objetivos israelíes, incluso utilizando la fuerza si lo creen necesario. En las próximas horas, unidades de seguridad palestinas se desplegarán por los territorios para vigilar el cese de hostilidades.
En medios diplomáticos se recordaba con escepticismo que éste es el quinto alto el fuego que pactan las dos partes en los últimos ocho meses.
La presidencia palestina reconoció que Yasir Arafat se había plegado, al dar el alto el fuego, a los ruegos y presiones de la comunidad internacional, especialmente de las Naciones Unidas y de EEUU, que habían reclamado una y otra vez a éste que se sumara al cese de hostilidades, pospusiera sus exigencias con respecto a los asentamientos y diera un margen de confianza a los israelíes.
La gran incógnita que se planteaba ayer en los territorios autónomos y en Israel es si el alto el fuego decretado por Arafat será cumplido por todos; para empezar, por las milicias fundamentalistas de Yihad Islámica, Hamás o las misteriosas huestes de la Hezbolá palestina, que en los últimos días han iniciado una ofensiva contra los israelíes con métodos terroristas, haciendo explotar coches bomba o enviando comandos suicidas al anterior de Israel. La misma pregunta se planteaba ayer con respecto a las milicias del Tanzim, próximas al partido gubernamental de Al Fatah, y, en definitiva, con respecto a la plataforma Nacionalista e Islámica, que dirige oficialmente la Intifada y que está compuesta al menos por 13 organizaciones y que una y otra vez ha anunciado que la lucha continuará hasta el fin de la ocupación. La misma pregunta podría efectuarse a las organizaciones y a los movimientos radicales judíos, que en los últimos días han estado presionando al Gobierno de Sharon para que anule el cese de hostilidades, decretado hace diez días, y vuelva a utilizar todo el armamento a su alcance contra los palestinos.
La exigencia de los radicales judíos se convirtió ayer en una agitación callejera, protagonizada por centenares de revoltosos, que recorrieron por la mañana las avenidas del centro de Tel Aviv para exigir, al grito de "muerte a los árabes", mano dura contra los palestinos y que trataron de asaltar la mezquita de Hassan Bek, en los alrededores del barrio de Yaffo, situado muy cerca del lugar donde la noche anterior se había perpetrado el atentado.
La orden de alto el fuego decretada por Arafat ayer por la noche y difundida por los medios de comunicación fue recibida con alivio por la mayor parte de la población palestina de los territorios autónomos, que había pasado el día sumergida en la tensión, el miedo y la desesperación con la mirada puesta en el cielo, donde esperaban ver aparecer de cualquier momento los aviones de combate F-16 o los helicópteros Apache. Las autoridades palestinas habían, además, dado consignas claras a la población de encerrarse en sus casas, abandonar los edificios públicos, al tiempo que se recomendó a los súbditos extranjeros y a los empleados de las organizaciones humanitarias salir de los territorios de manera urgente.
Europa pide calma
La UE pidió ayer a la Autoridad Palestina que haga todo lo que esté en su poder para acabar con el terrorismo, y a Israel, que no tome medidas de revancha que aumenten la espiral de violencia, informa Bosco Esteruelas. Suecia, en representación de los Quince; el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y el alto representante de Política Exterior de la Unión, Javier Solana, reaccionaron con "horror" al suceso del viernes por la noche en Tel Aviv y condenaron la muerte de 19 israelíes en un atentado suicida de un integrista palestino.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró que el atentado de Tel Aviv "muestra la urgencia de romper el ciclo de violencia" en Oriente Próximo. La Liga Árabe, integrada por 22 países, pidió en El Cairo, a través de su secretario general, Amro Musa, a palestinos e israelíes que "vuelvan rápidamente a la mesa de negociaciones". Por su parte, el ministro de Exteriores español, Josep Piqué, telefoneó ayer a su homólogo israelí, Simón Peres, para expresarle su preocupación por la situación en la zona.
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