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El atentado más grave desde el inicio de la Intifada causa 17 muertos en Tel Aviv

La explosión provocada por un suicida palestino en una discoteca deja 70 heridos

El lugar del atentado es un sitio de moda y muy concurrido, especialmente en los viernes por la noche, una vez iniciada la fiesta religiosa del Sabath, donde acostumbran a concentrarse noctámbulos, en su gran mayoría jóvenes.

El kamikaze, que llevaba los explosivos adheridos a su cuerpo, hizo estallar la carga mientras se encontraba confundido entre numerosos jóvenes que permanecían pacientemente apostados ante la puerta para poder entrar en la discoteca Pashá. En aquel momento se escuchó una fuerte detonación, que provocó la muerte instantánea del suicida y de la gente que se encontraba a su alrededor. La onda expansiva produjo daños colaterales en las puertas del establecimiento y heridas en cerca de 70 personas, algunas de ellas muy graves.

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El estruendo de la bomba provocó el pánico entre la gente que se encontraba en el interior del local, que trató, de manera precipitada y desordenada, salir del establecimiento, mientras las fuerzas de seguridad, bomberos y ambulancias corrían hacia el lugar para dar ayuda a los heridos y trasladarlos a los hospitales cercanos. La confusión se prolongó durante varias horas en el centro de Tel Aviv, complicando la labor de los equipos de rescate y de los artificieros de la policía, que trataban de averiguar si había otros explosivos en las áreas cercanas.

El atentado conmocionó ayer la ciudad de Tel Aviv, que desde que se inició la Intifada, hace ocho meses, se consideraba una de las urbes más seguras de Israel, en la que apenas se habían registrado incidentes y ataques. Casi todos los ataques palestinos que se han venido produciendo en las últimas semanas en el corazón de Israel se han concentrado en un área situada en el norte de la ciudad -entre 30 y 50 kilómetros-, limítrofe con Cisjordania, donde se encuentran situadas las poblaciones israelíes de Netania y Hadera, objetivos de recientes agresiones.

"Es una acción muy grave", aseguraba David Naveh, ministro del Gobierno de Ariel Sharon, con voz compungida, recordando que la acción se lleva a término mientras el Ejecutivo mantiene la orden de alto el fuego en su lucha contra los palestinos, en un intento por poner en práctica el plan de paz sugerido por la comisión Mitchell y al que los palestinos se niegan por ahora a adherirse porque reclaman las contrapartidas establecidas por la comisión, entre las que se encuentra la congelación de los asentamientos en Cisjordania y Gaza.

Horas antes de que se produjera este atentado, el líder de la Yihad Islámica, el jeque Abdalá al Shami, había anunciado desde Gaza, en un acto público celebrado en una de las plazas más céntricas de la ciudad, la intención de su organización de perpetrar ataques selectivos contra Israel para conseguir de esta manera que "Ariel Sharon se retire de los territorios palestinos, como lo hizo hace un año del sur de Líbano".

"Sharon debe saber que sus tanques, sus helicópteros y sus aviones de combate F-16 jamás proporcionarán seguridad para él y para su pueblo, ya que Yihad seguirá golpeando en el territorio de la entidad sionista hasta la liberación", afirmó Al Shami, de 45 años, padre de cuatro hijos y profesor de árabe en un instituto de enseñanza media.

Dispuestos a morir

En el transcurso de la ceremonia subieron al estrado cinco mártires o terroristas suicidas dispuestos a morir en ataques contra Israel, y que, bajo el aplauso cerrado de la multitud, besaron el Corán. Mientras, a sus espaldas ondeaban las banderas negras de la Yihad y las amarillas de la guerrilla libanesa de Hezbolá. El acto finalizó con un mensaje telefónico del jeque Hasan Nasrhala, el líder de la milicia fundamentalista libanesa, quien desde Beirut aseguró que los palestinos "pueden derrotar a Israel más que Hezbolá", y agregó: "Deben continuar la lucha armada hasta que los israelíes sean vencidos y los palestinos recuperen su tierra".

Policías y bomberos israelíes cubren con plásticos algunos de los cadáveres de las víctimas del atentado suicida de anoche en una discoteca.
Policías y bomberos israelíes cubren con plásticos algunos de los cadáveres de las víctimas del atentado suicida de anoche en una discoteca.AP
Los servicios sanitarios israelíes atienden a varios de los heridos en el atentado suicida de anoche en Tel Aviv.
Los servicios sanitarios israelíes atienden a varios de los heridos en el atentado suicida de anoche en Tel Aviv.ASSOCIATED PRESS

El atentado más grave

El atentado suicida de ayer en Tel Aviv, constituye la acción terrorista mas grave perpetrada por la guerrilla fundamentalista, desde la llegada al poder del primer ministro el ex general Ariel Sharon hace tres meses y puesta en práctica de una nueva política basada únicamente en acciones bélicas para resolver el conflicto palestino.

La estrategia de la bomba, desencadenada por los fundamentalistas de Hamas y Yihad Islámica en las últimas semanas, ilustra también la desesperanza y radicalización del pueblo palestino en su lucha en el marco de la Intifada, que ha cumplido ya ocho meses y en el que se han provocado cerca de 600 muertos y más de 28.000 heridos.

La operación terrorista se produce dos semanas después de que un militante de Yihad Islámica se autoinmolara también en la puerta de un establecimiento comercial de Netanyia, al norte de Tel Aviv, en la hora de mayor concentración, un viernes al mediodía, en las víspera de un Sabath, provocando la muerte de cinco personas e hiriendo a otras treinta.

Hay que remontarse al 30 de julio de 1997 para encontrar un atentado similar al registrado ayer; aquel se produjo en el mercado popular de Mahane Yehuda, en el Jerusalén Oeste, en el que dos kamizakes provocaron la muerte de 16 personas.

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