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LA CRISIS DE ORIENTE PRÓXIMO

EE UU y la UE presionan a Arafat para que se sume al alto el fuego de Sharon

El líder palestino busca garantías internacionales de que Israel no construirá nuevas colonias

El presidente ruso, Vladímir Putin, se sumó ayer a la iniciativa internacional con el envío del ex primer ministro Yevgueni Primakov a la zona, mientras ultima los preparativos para recibir mañana a Arafat en Moscú.

Arafat había asegurado que el alto el fuego decretado por Sharon era una "superchería" y reclamaba como contrapartida el fin de los asentamientos, tal y como se desprende del plan propuesto por la comisión internacional presidida por el ex senador estadounidense George Mitchell. Pero ahora las cosas no parecen tan claras. El cambio de actitud en el entorno de Arafat parece ser resultado de las presiones de la diplomacia internacional, que en las últimas horas ha desencadenado una verdadera ofensiva subterránea para tratar de convencer al presidente palestino de la necesidad de sumarse al alto el fuego.

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Según fuentes diplomáticas europeas, Arafat trata de obtener previamente "garantías internacionales" de que si decreta el alto el fuego, los israelíes congelarán la construcción de las colonias en Cisjordania y Gaza.Visiblemente dolido por las presiones ocultas de la comunidad occidental, Arafat compareció ayer ante los ministros de Exteriores de la Conferencia Islámica, reunidos en Doha, capital de Qatar, a los que aseguró que la "causa palestina es víctima de una conspiración mundial" y que su pueblo "estaba siendo abandonado por todos". Las palabras de Arafat fueron escuchadas y la Conferencia Islámica, integrada por 56 países, aprobó anoche suspender todos los contactos políticos con Israel.

Pero atrapado por los juegos de influencias, Arafat se debatía ante un nuevo dilema: aceptar la propuesta de alto el fuego de Sharon o continuar con la Intifada. La iniciativa de Sharon se fundamenta en el informe Mitchell, en el que se establecen dos fases intermedias -enfriamiento y reconstrucción de las medidas de confianza- para llegar en una fase posterior a la reapertura de las negociaciones de paz. Si Arafat opta por proseguir con la Intifada, se arriesga a perder apoyos entre los países occidentales y quedarse con el único soporte de los árabes.

Partida de ajedrez

"No estaré esperando eternamente", ha anunciado, por su parte, el primer ministro israelí en un mensaje claro y directo lanzado a Arafat, sin esconder al mismo tiempo las presiones recibidas de algunos de sus ministros, los más radicales, para que se reanude la ofensiva.

La situación se ha convertido en una verdadera partida de ajedrez en la que permanecen ocultos muchos movimientos. Nadie en el Gobierno de Israel, salvo el propio primer ministro, conoce con exactitud la génesis de esta partida. ¿Cómo es posible que Israel anunciara un alto el fuego de manera inesperada horas más tarde de que el propio jefe de Gobierno pronunciara un discurso a la nación y se sometiera a las preguntas de los periodistas sin hacer ninguna mención al cese de hostilidades?

En medios políticos se asegura que Sharon recibió, tras su discurso, presiones de la Casa Blanca para que anunciara el fin de la ofensiva armada que había decretado tres semanas atrás y en la que llegó a utilizar misiles tierra-tierra y cazabombardeos F-16 para atacar a los palestinos. De acuerdo con estas indicaciones, Sharon se vio obligado a dar el primer paso hacia la paz, contradiciéndose así con su propio discurso, en el que conminaba a Arafat a ser el primero que dejara de disparar. Sharon tomó la última decisión, al parecer, en solitario. No consultó a nadie, según se asegura en medios gubernamentales.

La ofensiva de paz impulsada por la diplomacia internacional se enfrenta, sin embargo, al reto de los grupos radicales palestinos, especialmente Hamás y Yihad Islámica, que parecen haber tomado el relevo en la dirección de la Intifada. Ayer, mientras eran enterrados en Gaza y Cisjordania las últimas victimas de la revuelta, los manifestantes que acompañaban el duelo coincidían en el mismo grito, en el mismo mensaje: "La Intifada continuará".

[Un coche-bomba estalló a primera hora de la madrugada de hoy en una callejuela de tabernas y discotecas muy concurridas del centro de Jerusalén, sin que se produjeran víctimas, informa Efe. Fuentes policiales indicaron que el automóvil fue abandonado por palestinos en un estacionamiento al aire libre situado a espaldas de una comisaría, un juzgado y una prisión. No se hallaron cadáveres en el coche, lo que hacre creer a la policía que los explosivos fueron activados por control remoto.]

Un judío ultraortodoxo, ayer, durante los trabajos de desescombro de la sala de fiestas Versalles.
Un judío ultraortodoxo, ayer, durante los trabajos de desescombro de la sala de fiestas Versalles.AP

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