Wahid destituye a seis ministros para tratar de controlar la crisis indonesia
El responsable de seguridad se niega a acatar las órdenes del presidente
El presidente declaró que ha nombrado nuevo responsable de seguridad al general retirado Agum Gumelar con el propósito de mejorar su relación con la vicepresidenta, Megawati Sukarnoputri. Gumelar está considerado muy cercano al partido de Megawati, el más numeroso del Parlamento y clave en el proceso de destitución.
Con la repentina medida, el jefe de Estado y de Gobierno busca una salida consensuada para impedir que la Asamblea Popular Consultiva, máximo órgano legislativo del país, lo procese el próximo 1 de agosto por su presunta implicación en dos escándalos de corrupción. Wahid envió ayer un ultimátum a los parlamentarios, a quienes dio de plazo hasta el próximo viernes para que pongan fin al proceso de destitución.
El primer presidente democráticamente elegido en la historia de Indonesia se considera víctima de un Parlamento que ha emprendido 'un camino sucio para asesinar a la democracia'. A pesar de haber sido censurado por una enorme mayoría el pasado 30 de mayo -365 de los 500 diputados de la Cámara de Representantes votaron a favor del procesamiento-, y sin hacer caso a su bajo índice de popularidad, Wahid declaró que no está dispuesto a ceder. 'Me esforzaré en encontrar una solución política, pero si la unidad de la nación se ve amenazada, tomaré medidas drásticas. De todas formas, no dimitiré'.
La idea de Wahid de imponer el estado de emergencia a fin de frenar el proceso de destitución no cuenta con el respaldo ni de las Fuerzas Armadas ni del nuevo ministro de Seguridad, Agum Gumelar. Además de éste, que ocupaba la cartera de transportes, los políticos que, según una declaración leída ayer en televisión, 'dimitieron con honor', figuran el ministro coordinador de Asuntos Políticos, Sociales y de Seguridad, Susilo Bambang Yudhoyono; el de Justicia y Derechos Humanos, Baharuddin Lopa; el de Asuntos Marítimos y Pesca, Sarwono Kusaarmatjo; el fiscal general, Marzuki Darusma, cuya posición se iguala a la de ministro, y el ministro subalterno para la Reestructuración de la Economía Nacional, Cacuk Sudaryanto. Todos ellos se manifestaron públicamente en las dos últimas semanas en contra de que Wahid declarase el estado de emergencia civil, como amenazó para disolver el Parlamento y detener el proceso de su destitución.
La remodelación del gabinete indica que Wahid ha emprendido una nueva vía de consenso para aferrarse al poder. Tras un primer intento frustrado de ceder parte importante de las competencias gubernativas a Megawati Sukarnoputri, ahora se dispone a constituir un gabinete más afín a su vicepresidenta y rival, que sería automáticamente la sucesora de Wahid tras su destitución.
Si este intento de solución consensuada fracasa, no se descarta que se cumplan las predicciones de Wahid, ex líder del mayor movimiento musulmán indonesio, de que estallarán conflictos armados por lo menos en las seis provincias donde cuenta con gran número de seguidores.
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