Cosas
Tal vez una de las cuestiones más delicadas de tratar sea la de determinar las consecuencias que se derivan del incumplimiento de una obligación, cuando este incumplimiento se basa en razones religiosas, ideológicas o éticas. Viene esta afirmación a propósito de la negativa de algunos médicos, y farmacéuticos, a recetar y dispensar la píldora del día siguiente. Este fármaco se integra en las prestaciones de la sanidad pública andaluza, y su prescripción por los médicos del sistema, y su dispensación por las oficinas de farmacia, es obligada siempre que se den las condiciones previstas reglamentariamente.
No cabe duda de que siempre existen razones de la naturaleza alegada por los facultativos que condicionan e influyen en nuestro comportamiento. En este sentido, es razonable su postura. Sin embargo, no parece tan razonable que la conciencia, creencias o ética de cada individuo o grupo marquen el contenido de las prestaciones de la salud pública. Su admisión sería tanto como dejar en sus manos el funcionamiento de la sanidad, cuando de quien depende su organización y el establecimiento de su contenido es de los poderes públicos, limitándose los facultativos a cumplir con las obligaciones de atender y prestar los servicios.
Es lo normal en un Estado de derecho. El cumplimiento de sus normas alcanza a todos, sin más excepción que aquellos supuestos en los que la abstención de una determinada conducta esté permitida legalmente. De ahí que las razones alegadas por estos facultativos, aunque estén justificadas en el ámbito privado (como pueden estarlo las razones alegadas por los insumisos, lo que no ha impedido que cumplan penas de prisión), carezcan de amparo legal. Desde este punto de vista, la negativa a recetar y a dispensar medicamentos (píldora o no) contraviene la normativa en vigor y produce sus consecuencias.
En cualquier caso, es sorprendente que, al amparo de creencias y moral, se pretenda excusar el cumplimiento de una obligación contractual y seguir trabajando y, con el mismo o similar amparo, se prive a una profesora de religión de un colegio público ejercer su trabajo por el único pecado de contraer matrimonio civil, cuando este pecado no es sancionable en esta vida. Cosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Muere el empresario Carles Vilarrubí, pilar de la creación de Catalunya Ràdio y exvicepresidente del Barça, a los 71 años
Brigitte Bardot, una vida en imágenes
Las familias de los cuatro desaparecidos en Indonesia piden mantener la búsqueda hasta hallarlos
Muere la actriz Brigitte Bardot, musa del cine francés y controvertida activista, a los 91 años
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo




























































