Muere de un infarto el ministro palestino Huseini tras una tensa reunión en Kuwait
Arafat asegura que los gases lacrimógenos israelíes agravaron su estado hace pocos días
Huseini murió mientras trataba de reconciliar al Gobierno de Kuwait con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), poniendo fin al contencioso nacido diez años atrás cuando, a raíz de la guerra del Golfo, Arafat se alineó con el presidente iraquí, Sadam Husein, lo que provocó la expulsión de 300.000 trabajadores palestinos de ese emirato, la congelación de todas sus cuentas y el fin de sus ayudas económicas a la OLP.
Huseini se había trasladado oficialmente a Kuwait para coordinar la ruptura de relaciones de los países árabes con Israel, pero su misión secreta era la de facilitar y preparar un próximo viaje de Arafat al emirato. El emisario, que desempeñó años atrás con éxito una misión similar con los gobernantes de Arabia Saudí, fue recibido con dureza por algunos dirigentes kuwaitíes, que no perdonan aún la actitud de Arafat durante la guerra.
La tensión entre Huseini y las autoridades locales subió de tono cuando uno de los hombres que aseguraban su custodia, y con el que había viajado desde Jerusalén, fue detenido por la policía kuwaití. El incidente provocó una verdadera pelea en el hotel, a consecuencia de la cual el ministro palestino pareció sentirse mal y optó por retirarse a su habitación, donde falleció hacia las diez de la noche del miércoles.
'Ha sido una gran pérdida para el pueblo palestino', aseguró Arafat entre sollozos cuando recibió la noticia en Bruselas, donde se encontraba pidiendo apoyo europeo para hacer frente a la represión israelí de la Intifada. Arafat aseguró que Huseini padecía del corazón desde hacía tiempo, pero que su dolencia se había visto agravada al inhalar gases lacrimógenos lanzados por los israelíes la semana pasada en Ramala, según informa Bosco Esteruelas desde Bruselas.
Los familiares de Huseini culparon de su muerte a las autoridades de Kuwait, hasta el punto de que uno de sus hijos viajó hasta Jericó para entrevistarse con el negociador palestino Saeb Erekat y pedirle que presentara una protesta formal contra el emir.
'Desgraciadamente, mi pueblo está siendo destruido por todo tipo de armas, algunas prohibidas, como gases y aviones F-16, y mi hermano Faisal ha sido víctima de ello', añadió Arafat al ser preguntado si estaba acusando a Israel de su muerte. El líder palestino había denunciado por la mañana ante el Parlamento belga 'el alto el fuego de Sharon como una treta de Israel para preparar el país para una guerra atroz contra la ANP y la destrucción de Palestina'.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, le expresó sus condolencias por la pérdida de Huseini y anunció la entrega de una ayuda europea de 60 millones de euros para que la Administración palestina pueda seguir funcionando. Prodi, que hizo un llamamiento a la paz y pidió a Arafat que controle a las fuerzas radicales, también apoyó el envío de observadores internacionales a los territorios autónomos. Tanto Prodi como Arafat respaldaron el informe de la Comisión Mitchell para acabar con la violencia. El responsable de la Política Exterior europea, Javier Solana, expresó poco después su deseo de que se pase 'de la aceptación a la aplicación' de dicho texto.
El cuerpo de Faisal Huseini fue trasladado ayer desde Kuwait a Ammán, donde estaba previsto que permaneciera toda la noche, velado por las autoridades y por el propio presidente Arafat, que adelantó su regreso desde Bruselas. A primera hora de hoy, sus restos serán llevados en helicóptero a Ramala, donde se celebrarán las honras fúnebres. Luego serán conducidos a Jerusalén, donde sus familiares y seguidores reclaman que reposen en la Explanada de las Mezquitas, cerca de los de su padre, muerto en 1948 en la defensa de la ciudad. Otras fuentes aseguran que será enterrado en un cementerio cercano al Monte de los Olivos, desde el que se ve la cúpula de Al Aqsa.
La Intifada palestina se preparaba para recibir el cuerpo de Huseini como el de un héroe, mientras la comunidad internacional, incluidos los pacifistas israelíes, lamentaba la desaparición de un hombre que había convertido el diálogo en su principal arma.
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